Técnica y elegancia

Ignacio Ferreiro González

MOTOR ON

Responsable durante 18 años de los diseños de Carrozzería Touring, en su historial se encuentran los deportivos más exclusivos, dotados siempre de una singular elegancia que se convertiría en característica del moderno diseño italiano de automóviles.

09 jul 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Tras salvar al mundo del desastre planeado por el Dr. No, y más tarde del caos que la sangrienta Organización Espectra pretendía organizar desde Rusia con amor, en 1964 el agente 007 tendría que enfrentarse al maléfico Auric Goldfinger y su temible lacayo Oddjob, armado con su letal bombín. Para afrontar tal desafío, el inefable Q proporcionaría al agente secreto una nueva arma: un flamante Aston Martin DB5 con un sofisticado equipamiento extra, capaz de resolver por sí solo buena parte de los problemas a los que Mr. Bond tendría que enfrentarse.

Aquel debut mediático supondría de inmediato para el modelo una extraordinaria popularidad, que las apariciones en posteriores entregas de la saga 007 han mantenido hasta nuestros días, convirtiéndolo en uno de los automóviles más «famosos» de la historia.

Fuera de las pantallas, el DB5 había hecho su presentación oficial en el Salón del Automóvil de Londres en Octubre de 1963, y era fundamentalmente una evolución del DB4 de 1958, que ya en sus distintas series había ido incorporando sucesivas mejoras, para finalmente dar paso al nuevo modelo. Equipaba, con igual disposición delantera longitudinal, el mismo motor de seis cilindros en línea que originalmente había diseñado en 1956 Tadek Marek para el DBR2, aunque con la cilindrada incrementada hasta los 4 litros, así como el tipo de chasis y suspensiones desarrolladas para aquel por Harold Beach. Pero el conjunto de innovaciones mecánicas, el incremento de potencia y sus mayores peso y dimensiones -pesaba 116 kg. más, y su longitud había crecido 9 cm.- le dotaban de un carácter diferenciado, que se alejaba del deportivo puro para aproximarse al gran turismo, aun cuando disfrutase del prestigio que para la marca habían supuesto éxitos como el Campeonato del Mundo de deportivos de 1959, que el Aston Martin DBR1 había conseguido por delante de Ferrari y Porsche, con victorias en Nürburgring, Le Mans y el Tourist Trophy.

Aunque sus apariciones cinematográficas le convertirían en icono del más puro estilo británico, en la carrocería del DB5 de James Bond lo único diseñado en Inglaterra eran el escudo trasero antibalas y la trampilla superior para el asiento eyectable; el resto -al igual que su antecesor el DB4, y su sucesor el DB6- había sido diseñado en Milán por Carrozzería Touring, aplicando su sistema constructivo Superleggera mediante el que los paneles ligeros de aluminio eran fijados a una estructura tubular soportada por el chasis, aunque se fabricase -bajo licencia y con pago por unidad producida- en las instalaciones de Tickford Street en Newport Pagnell, 80 Km. al Noroeste de Londres.

Tras los diseños de Carrozzería Touring en aquella época se encontraba Carlo Felice Bianchi Cici Anderloni, nacido en 1916 e hijo de uno de los cofundadores de la empresa, a la que se había incorporado en 1940 tras cursar estudios de ingeniería en el Politécnico de Milán. Tras el fallecimiento de su padre en 1948 se convertiría en responsable de diseño, y aquel mismo año construirá su primer gran modelo, el Ferrari 166 Mille Miglia Touring Barchetta, comenzado para Touring una época de esplendor que se prolongaría durante la década de los 50 y hasta mediados de los 60 con el diseño y fabricación de carrocerías para modelos como el Maserati 3500GT (1957), los Lancia Flaminia GT y Convertible (1959), los Alfa Romeo 1900 Super Sprint (1950), 2000 Spider (1958), y 2600 Spider (1962), o los Lamborghini 350 GT (1964) y 400 GT (1966), así como para los recordados Pegasos Z-102, con versiones coupe, convertibles, y la llamativa versión Thrill.

En pocos años, los métodos de producción en serie por los propios fabricantes y la construcción monocasco reducirían drásticamente el trabajo de las empresas dedicadas exclusivamente al diseño y fabricación de carrocerías, y a pesar de la calidad del trabajo de Anderloni y del prestigio que le proporcionaba su sistema Superleggera, Touring cerrará finalmente sus puertas el 31 de Diciembre de 1966, tras lo que Anderloni se incorporará al departamento de diseño de Alfa Romeo. Hasta su muerte en 2003, actuará habitualmente como jurado del concurso de elegancia que se celebra anualmente en Villa d’Este, a orillas del lago Como, que tras su fallecimiento establecería un trofeo dedicado a su memoria.