El secador supersónico

Javier Armesto Andrés
Javier Armesto REDACCIÓN / LA VOZ

EXTRAVOZ RED

IAGO GARCÍA / SENÉN ROUCO

Esta empresa británica vive del aire, literalmente. Tras inventar la aspiradora sin bolsa y revolucionar dispositivos como ventiladores y secadores de manos, Dyson apunta ahora al cuidado del pelo.

23 oct 2016 . Actualizado a las 14:01 h.

Poner a 103 ingenieros durante 50 meses a redefinir cómo debe ser un electrodoméstico de uso corriente como un secador es algo que no hacen muchas compañías. Pero esa es la filosofía del ingeniero James Dyson, empeñado en darle una vuelta a productos que empleamos todos los días y cuyo diseño apenas ha cambiado en décadas. Su última propuesta, el Dyson Supersonic, rompe los esquemas habituales de los secadores de pelo: el motor está alojado en el mango, no en el cuerpo, y es ocho veces más rápido y la mitad de pesado que los convencionales, con lo que se consigue un equilibrio distinto en este tipo de dispositivos. Es más cómodo de sujetar, menos voluminoso y además no hay peligro de que el pelo se enrrede en las aspas porque éstas van completamente cubiertas por la carcasa.

La parte superior del Dyson Supersonic es un cilindro hueco con unas finísimas aberturas en la parte delantera por las que sale el aire a 41 litros por segundo. Se le pueden acoplar distintas boquillas difusoras, que se unen mediante imanes. En la parte trasera hay dos botones, uno para regular el calor y otro para la velocidad (secado rápido, secado normal y moldeado). Unas tiras de leds nos indican el modo que hemos seleccionado y dan un toque minimalista y futurista al diseño. Otros dos botones en el mango sirven para encender y apagar el aparato, y para la corriente de aire fría (28 grados).

El diminuto motor (solo 27 milímetros de ancho) gira hasta 110.000 veces por minuto. Un microprocesador mide la temperatura 20 veces por segundo y consigue que sea óptima en todo momento. Esto es, precisamente, lo que más valora la peluquera Rosalía Pena, del salón Carla Ruiz, en Culleredo, con la que pusimos a prueba el Dyson Supersonic: «A la larga, el exceso de temperatura acaba estropeando el cabello, que pierde brillo y color, y con los secadores profesionales notas que dan demasiado calor». Rosalía destaca el diseño y la ligereza del dispositivo. «Para casa es genial, lo colocas en cualquier sitio, y que sea todo digital también me gusta», añade. ¿Lo peor? El precio, 399 euros.

El motor más ligero

El Dyson V9 se aloja en el mango, permitiendo reducir el cuerpo del secador a 7,8 x 9,7 centímetros. La potencia de salida es de 1.600 vatios y el flujo de aire envía iones negativos, lo que reduce la electricidad estática. El cable mide 2,7 metros y todo el conjunto pesa 618 gramos, lo que hace que su manejo sea muy cómodo. Las boquillas y el difusor están hechos de un material que no se calienta.

El set incluye una boquilla ancha alisadora, otra estrecha concentradora y un gran difusor esférico. Además hay una alfombrilla antideslizante, para poder dejar el secador sin miedo a que resbale y se caiga. Entre los accesorios opcionales, un estuche de cuero a medida y un difusor especial para peluquerías profesionales.