El éxito de los Raspberry Pi, los imparables y ultrabaratos ordenadores «Do it yourself»

César Rodríguez Pérez
César Rodríguez REDACCIÓN / LA VOZ

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Más de diez millones de unidades vendidas demuestran el éxito de los ordenadores Raspberry Pi. Caben en la palma de la mano, son muy baratos (unos 40 euros) y sirven de motor para todo tipo de dispositivos. Nacieron con fines educativos, pero son los estandartes de una revolución.

29 ene 2017 . Actualizado a las 11:58 h.

Mide lo mismo que una tarjeta de crédito, cuesta 40 euros y tiene la imagen de una frambuesa tatuada en sus circuitos. Con esos ingredientes, una caja de pequeño tamaño (y diseño coqueto) y un sistema operativo tipo Linux, cualquiera puede participar en la revolución de los ordenadores Do it Yourself y montarse un equipo Raspberry Pi en casa o en clase.

«Enseñar, aprender y construir». Ese es el lema de la fundación (www.raspberrypi.org/) que está detrás de estos minipecés desarrollados en el Reino Unido, originalmente concebidos para usos educativos y que buscaron desde el principio que nadie pudiera ser excluido por su coste.

Los Raspberry Pi comparten el mismo espíritu que aquellos famosos portátiles de 100 dólares, pero con un enfoque diferente: fueron diseñados para que los más pequeños pudieran aprender programación e informática de forma divertida. Se pasaron de frenada. Más de diez millones de unidades vendidas en otoño del 2016 son el mejor ejemplo. Para poner en contexto estas cifras conviene echar la vista atrás. Los primeros esbozos del proyecto son del 2006. Un prototipo creado tres años después tenía el tamaño de una memoria USB y conectividad limitada. Y el primer modelo que llegó al mercado vio la luz en febrero del 2012. Y fue un éxito.

El primer lote, de 10.000 unidades, se vendió en cuestión de minutos. Durante mucho tiempo no fue fácil comprar una. Hoy es muy sencillo. La venden en muchas tiendas. Y también la tienen gigantes del comercio electrónico como Amazon o PcComponentes. Allí pueden ser adquiridas la placa base, varios modelos de carcasas y un montón de accesorios y complementos como fuentes de alimentación, pantallas táctiles, cámaras, tarjetas de memoria... Y es que las prestaciones de las Raspberry Pi las han convertido en el corazón de muchos cacharros hechos en casa y en el motor para plasmar ideas originales.

Todo tipo de usos

Los usos más convencionales y habituales de una Raspberry Pi pasan por convertirla en un Media Center para el salón o en un minipecé para navegar, pero hay quién la ha utilizado para montar una consola retro de videojuegos, ensamblar un robot o un dron, recopilar información de estaciones meteorológicas, armar un sistema de vigilancia o gestionar la comida de una mascota. Otros proyectos mucho más ambiciosos también están basados en la placa de la frambuesa. Uno de ellos es Pi in the Sky (www.pi-in-the-sky.com), que incorpora una antena GPS y otros recursos para poner estos equipos casi en órbita. Del ascenso a las alturas se ocuparían unos globos. Con este tipo de ordenadores, el límite, una vez más, es la imaginación, y las posibilidades educativas y de experimentación casi infinitas. Youtube está lleno de tutoriales. Y en la página de la fundación Raspberry hay varios cursos.

Para facilitar la entrada en este universo, es recomendable tener algo de familiaridad con los sistemas operativos tipo Linux. Hay una comunidad muy activa en Internet que ofrece aplicaciones, guías y consejos.

El último modelo de Raspberry Pi que salió al mercado fue el 3 Model B. Tiene un procesador de 64 bits con cuatro núcleos, una tarjeta gráfica integrada que permite llegar a resoluciones Full HD, un giga de RAM (no ampliable), cuatro puertos USB, uno HDMI, tarjeta de red inalámbrica (wifi) de serie, Bluetooth... Para dotar al equipo de almacenamiento hay que insertar una tarjeta MicroSD. Los otros modelos aún puede ser encontrados en diferentes tiendas. Son menos potentes, pero, según las necesidades, pueden ser útiles.

En la página de la Fundación Raspberry hay varios enlaces de descarga de sistemas operativos. Uno de ellos es el oficial, el Raspbian, pero también se pueden descargar otras opciones, desde Ubuntu (tal vez el Linux más popular) a una versión de Windows 10 preparada para trabajar con el Internet de las Cosas.

Otras plataformas compiten por el trono de los ordenadores Do it Yourself. Una de las más consolidadas es Arduino (www.arduino.cc), de origen italiano. Una alternativa reciente la ha lanzado la compañía taiwanesa Asus, un gigante del hardware, con Tinker, una placa más cara que la Raspberry Pi, pero también más rápida. Ese movimiento demuestra que los ordenadores de bajo coste pueden jugar un papel fundamental en ese futuro inmediato marcado por la robótica y los dispositivos conectados a Internet e inteligentes.