Ares se vuelca con su Semana Santa

C. Elías ares / lA voz

FERROL

La villa, fiel a sus tradiciones, venera imágenes con siglos de historia

18 abr 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

Imágenes con siglos de historia, tronos y mantos en los que colaboran los vecinos, y tradiciones locales hacen de la Semana Santa de Ares una celebración que cada año disfrutan vecinos y turistas. La Cofradía de Jesús Nazareno y Soledad de Nuestra Señora lleva desde octubre con la preparación, con la revista y el procesionario.

Entre las novedades, la cofradía destaca el nuevo trono del Santo Sepulcro, fabricado por la carpintería aresana Regueiro. «Ya hicieron el de San Juan, el de San Pedro, y uno mixto en el que se puso La Borriquita, el Ecce Homo y con el que se hizo el Vía Crucis», explican. También estrenan un restaurado Cristo de Ánimas, con un cambio «abismal», destacan. Una de las grandes novedades de este año es, además, el manto que luce la Virgen de la Soledad, hecho por varias vecinas que llevan dos años de trabajo. El año pasado ya lo estreno, y este, luce bordado, que las mismas aresanas planean ir aumentando para el 2015. «Es muy emocionante verlo y saber que va a quedar para todos por muchos años», asegura emocionada una de las participantes ante la talla de la virgen (que durante esta semana permanece expuesta en la iglesia junto con la gran mayoría de las imágenes). «Fue un trabajo muy duro que hicieron de manera desinteresada y anónima, y desde la cofradía les damos las gracias», agradecen.

El viernes se vive una de las jornadas más intensas que arranca de madrugada, a las cuatro y media, con un pregón en el que se toca una marcha antiquísima y de la que se desconoce su origen. A las diez se celebra en la plaza de la Constitución en el encuentro, en el participan Jesús Nazareno, San Juan, la Virgen de los Dolores, María Magdalena y la Verónica. Se recrean las tres caídas de Jesús, y el acto culmina mostrando a los participantes la imagen de su rostro en el paño de la Verónica, y con la bendición, en especial a los enfermos y a los marineros locales. Uno de los momentos más emotivos llegará por la tarde, a las 17 horas, con el sermón de Las Siete Palabras y El Descendimiento. «No se hace en ningún sitio como aquí. El predicador pide la entrada de José de Arimatea y Nicodemo para descender al Cristo, y ellos piden permiso a la Virgen para poder bajar el cuerpo de la cruz. El predicador manda quitar el letrero, enseñárselo al pueblo, después la corona de espinas, el clavo de la mano derecha, el de la mano izquierda, y el de los pies. Y una vez finalizado, manda bajar el cuerpo de Jesús y presentarlo a la Virgen. El Cristo en alto va por el pasillo central de la iglesia hasta el sepulcro. Después da comienzo la procesión del Santo Entierro, de las más emotivas», detallan.

La cofradía

La cofradía se fundó en 1958 por vecinos -«ahora hay hijos o nietos de los que empezaron», explican-, y heredó la Semana Santa de la que se encargaba la Orden Tercera. Algunas de las imágenes que siguen procesionando pertenecían a la orden. «El más antiguo es el Cristo del Descendimiento, el primer dato que hay sobre él, de la pintura, es del 1716. Los primeros datos de los que se tiene constancia del Ecce Homo es de poner los ojos de cristal en 1746», explican.

Reportaje cofradía de Jesús nazareno y soledad de nuestra señora