La madre de una menor explotada en Ferrol dice que fue víctima de un engaño

F. V. Ferrol / la Voz

FERROL

El clan rumano controlaba prácticamente toda la mendicidad de la comarca

23 abr 2014 . Actualizado a las 13:34 h.

La madre de una de las menores rumanas que eran obligadas a mendigar en la zona de Ferrol ha confirmado a la policía que la familia fue víctima de un engaño. Los jefes del clan de la misma nacionalidad que controlaba prácticamente toda la mendicidad de la comarca, utilizando a estas jóvenes, declararon a la jueza que lleva el caso que las chicas estaban casadas por el rito gitano y que habían llegado a España merced a un acuerdo con los padres. El departamento de Extranjería de la policía española, que trabaja en este asunto en colaboración con una unidad semejante de Rumanía, sugiere que literalmente las compran por una cantidad que va de los 3.000 a los 6.000 euros, según el caso.

A comienzos de mes, agentes de Extranjería del Cuerpo Nacional de Policía de Ferrol, auxiliados por otros llegados de Madrid, desplegaron una amplia operación con seis registros en viviendas de Ferrol y Narón para liberar a estas jóvenes, cuatro de ellas con edades comprendidas entre los 14 y los 17 años, y tres con bebés. Se investiga al clan desmantelado por trata de seres humanos, corrupción de menores, pertenencia a organización criminal y contra los deberes familiares. Parece que fue idea del jefe del clan traer de Rumanía a la madre de una de las menores para que confirmase su versión (que todo fue voluntario, hubo casamiento gitano...). Pero ocurrió que por el camino, ya en España, fueron interceptados por la policía. Fue cuando se informó a la madre de la situación de su hija. Declaró entonces que nunca se le había dicho que su hija iba a ser utilizada en la mendicidad, y negó que estuviese casada bajo rito alguno. Pudo también reunirse con su hija en el centro de menores donde se encuentra, si bien la autoridad judicial española no le permitirá que se la lleve del centro salvo que sea para su repatriación a Rumanía.

Parece también que la madre ratificó su declaración ante la jueza instructora, la titular del Juzgado de Instrucción número 3. La policía aun no ha dado por terminada la operación.