Doble campeón gallego individual de mar costa, Óscar Beceiro (Valdoviño, 1969) agarró su primera caña con cinco años. «Me iban a sacar un diente y, como no lloré, me la regalaron mis padres, que eran pescadores, como mi abuelo. Empecé en la laguna de Valdoviño, y pasábamos horas, días enteros allí, sobre todo con mi abuelo. También pesqué en río, lo dejé durante alguna etapa por motivos de trabajo, y ya empecé a competir en mar costa en el 2002».
-¿Qué gratificaciones proporciona pescar en río y en costa?
-A ambas las une estar en contacto con la naturaleza, disfrutar del paisaje... La pesca ayuda a cultivar la paciencia, pues pasas allí muchas horas, te proporciona tranquilidad y conocimiento de las especies. Mientras pescas, desconectas de todo, aunque yo ahora la pesca que practico es casi siempre nocturna. Vas probando hasta conseguir la captura, que es el fin, la sueltes luego o no.
-Practica pesca nocturna para que entren más piezas.
-Claro. Como hobby, hago surfcasting, pesca en playa, y las capturas se multiplican por la noche. Las competiciones tienden a hacerse de día para que la gente las pueda ver.
-¿Son mundos muy diferentes la pesca de río y de costa?
-Dentro de río o de costa hay también diferentes modalidades. El pescador de mar quizá lucha algo más con las condiciones meteorológicas, porque influyen las mareas, el estado del mar, y eso marca el tipo de cebo, plomo... El viento es nuestro peor enemigo, más que el agua. En el río hay crecidas por la lluvia, pero no tantos cambios. El mar varía hasta en un mismo día y el río no tanto.
-La pesca tiene un gran componente de estrategia.
-En la pesca del día a día vas de otra forma, y eliges el pescado a por el que vas, esquivando el que tiene menos valor gastronómico. Pero la competición exige cada día más estrategia y entrenamiento porque vale cualquier especie mientras dé la medida. Allí eliges el tipo de montaje, pruebas las zonas, intercambias información, consultas internet... Antes íbamos más a la aventura.
-Dígame tres rincones para pescar en la costa de la comarca, según las diferentes condiciones que haya.
-Lo que más influye es el viento, y lo mejor es tenerlo de espalda, por comodidad para pescar y porque de lo contrario metería las algas en la playa. Con poco mar buscamos playas abiertas, como Valdoviño y Doniños. En condiciones duras se prefieren otras más pequeñas y abrigadas, como la Fragata o el Vilar. Y una playa para entrenar en condiciones muy tranquilas de cara a los campeonatos que se hacen en el Mediterráneo es la de Caranza. Yo preparé allí el Gallego de Viveiro, porque tiene especies similares, pescado variado y sin olas.
-¿Sigue menos regulada la pesca de costa que la de río?
-Toda la pesca de agua salada requiere licencia también, tiene un máximo de cinco kilos por pescador y jornada una vez descartada la pieza más grande, y deben respetarse las medidas de pescado igualmente. Lo que no tiene la costa son vedas, al contrario que en el río, ni un horario -en embarcación y submarinismo, sí-. ¿Vigilancia? La pesca de mar cada vez está más limitada, hay más concienciación.
-Después de ganar dos veces el Gallego individual, ¿qué le gustaría conseguir?
-Un campeonato de España, bien individual, bien por equipos, o subir al podio, algo que ningún gallego hizo aún.
-Si le pregunto por su mayor pieza, ¿la recuerda rápido?
-En Valdoviño pesqué una lubina de 7,8 kilos, y en competición, en un selectivo en la playa de Lago, en Xove, saqué 98 piezas en tres horas. Sale una media altísima por minuto. Doblé al segundo clasificado. Fue en el 2009 y aún hoy hablamos del tema, y hay fotos.