Iberdrola firma con Navantia Fene un contrato que dará ocupación a 450 trabajadores

Beatriz García Couce
Beatriz Couce FERROL

FERROL

Chris James

El encargo de fabricación de 29 jackets está presupuestado en 90 millones de euros

19 dic 2014 . Actualizado a las 09:51 h.

Ha tenido que esperar casi 14 años para volver a contar con un contrato propio y ayer fue Iberdrola la que adjudicó ese ansiado pedido al astillero de Navantia Fene: le acaba de encargar la construcción de componentes para el parque eólico marino Wikinger que promueve en aguas alemanas. En marzo del 2001, la factoría de Perlío recibió un encargo para fabricar la mayor plataforma off-shore de almacenamiento de crudo construida hasta ese momento en el mundo y desde entonces, salvo proyectos menores, no había vuelto a contratar una obra para ser desarrollada íntegramente en sus instalaciones.

Navantia rompió ayer esa sequía con un encargo que supone su estreno en el negocio de la eólica marina y que no solo implica carga de trabajo para la factoría de Fene, en donde fabricará los soportes metálicos para los aerogeneradores, sino también para la de Puerto Real (Cádiz), donde fabricará la carcasa para la subestación eléctrica del parque.

El acuerdo firmado para la antigua Astano se llevó a cabo entre Navantia y la firma asturiana Windar con la compañía eléctrica, de forma que además de los 29 jackets -estructuras sobre las que van enclavados los aerogeneradores en alta mar- adjudicados a la factoría de la ría ferrolana también se fabricarán 116 pilotes en estas mismas instalaciones y en las de la Windar en Avilés.

El pedido, que fue suscrito ayer en Madrid, está presupuestado en 160 millones de euros, 90 de los cuales se corresponden con la obra que se ejecutará en Galicia. Según Navantia, supone 641.000 horas de trabajo durante los próximos 20 meses, que sostendrán entre 600 y 700 empleos, aunque fuentes del sector apuntan a que serán unos 450. En cualquier caso, no solo genera ocupación para la plantilla directa del astillero, que en estos momentos no llega a los 200 operarios, sino también para algunas firmas auxiliares.

Otras posibilidades

Se trata de uno de los mayores pedidos adjudicados por Iberdrola a una compañía española en el sector de las energías renovables y que, según la eléctrica, «podría propiciar que Navantia participe, en un futuro, en la construcción de los nuevos parques eólicos marinos que Iberdrola promueve en otros países de Europa».

La obra devolverá la actividad a la mayor parte de las instalaciones del astillero de Fene, tanto a cubierto como al aire libre, incluyendo la grúa pórtico, que es el gran emblema de la factoría. Esta lleva casi un año y medio paralizada, desde que finalizase su participación en el proyecto de los destructores australianos. Por su parte, la asturiana Windar utilizará parte de los talleres de la antigua Imenosa -anexos a la planta- para fabricar unas piezas para los jackets.

Cuando restan doce días para que el astillero quede liberado del veto que le impide acceder a la construcción civil, Navantia Fene ve culminados varios años de trabajos para adentrarse en este nuevo mercado, que presenta grandes expectativas de crecimiento en los próximos años. Lo hace de la mano de Iberdrola, que desarrolla con el parque Wikinger uno de los proyectos más ambiciosos del sector. Invertirá 1.400 millones de euros para instalar unos 70 aerogeneradores de 5 megavatios de capacidad y una subestación eléctrica, un parque con el que abastecerá a 350.000 hogares alemanes.

Después de años de adelgazamiento en la cartera de pedidos de los astilleros públicos gallegos, el de ayer es el tercer contrato que recae este 2014 en sus factorías. A principios de año se adjudicó el buque flotel para la petrolera mexicana Pemex y la pasada semana se celebró en el astillero de Fene el corte de chapa de uno de los dos Buques de Acción Marítima (BAM) encargados por la Marina española. Sin embargo, la obra de este barco no tendrá continuidad hasta la primavera del 2015 y todo apunta a que será el astillero de Ferrol el que asuma la mayor parte de la ocupación, ya que la mayoría de su plantilla aún se encuentra sin actividad ninguna.