Una acera de tres pies de ancho

Carla Elías Martínez
Carla Elías NARÓN

FERROL

Los peatones que cruzan las vías del tren por la avenida Santa Icía se enfrentan cada día a los problemas de su estrechez

22 mar 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Apenas tres pies de ancho mide la acera de la avenida naronesa de Santa Icía, en el tramo que discurre sobre la vía del tren, perpendicular a las calles San Carlos y María Mariño. «Es demasiado estrecha», repetían ayer muchos de los que cruzaban andando un puente para el que la asociación de vecinos pide su ensanchamiento. Maricarmen Pérez y Manuel Pernas, vecinos del barrio, pasan por la zona casi diariamente con el carrito de bebé de su nieta. «Ahora mismo cuando iba a pasar el puente tuve que esperar abajo porque cruzaban cuatro personas por la acera. Si no, me tendría que haber metido por la carretera y con la niña no lo hago, por supuesto que no. Si veo que la gente se aparta paso yo, si no, espero», explica Maricarmen. Este tramo es el más conflictivo ya que los peatones caminan casi pegados a los coches, aunque destacan que otros puntos de las calles del entorno también son excesivamente estrechos. Y la zona es casi inaccesible para personas en silla de ruedas o para los carritos de bebé.

Los mayores problemas se dan con la salida de los niños de clase, del pabellón de la zona y de trabajadores. Peatones y coches conviven a duras penas en tan poco espacio. «El año pasado una vez me caí de rodillas al cruzar con otra persona. Menos mal que no me pasó nada y no iba con el carrito», agradece Maricarmen. Josefa Prieto, que camina con bastón, también es vecina de la zona y tiene que caminar por esta acera «moi despacio». Recuerda que hace apenas un mes también se cayó en otro punto del barrio y teme las consecuencias que podría haber tenido si hubiera sido en esta calle al estar tan pegada a los coches. «Non sei si fallou o pé ou a cabeza, pero menos mal que alí a acera estaba ben», recalca.

En momentos de menos tráfico y en pocos minutos se puede ver a un puñado de personas cruzando por la propia carretera. Aunque quienes caminan con niños toman muchas más precauciones. Nieves Blanco lo hace con la pequeña Vega, que va cogida a la barandilla mirando las vías. Suelen pasar por esta calle porque Nieves trabaja en la zona. «Es muy estrecho para dos personas», reconoce. También critican esta estrechez conductores y ciclistas. «Hay que tener mucho cuidado. Alguna vez tuve que arrimarme mucho y casi tropiezo con la acera porque te pasan los coches y no hay sitio» explica Luciano Torres, que circula por la zona muchos días en bicicleta.

Los vecinos no se quejan solo de su estrechez. También piden que se suavicen los desniveles al cruzar los pasos de peatones para acceder a la acera del puente, que se arreglen las losetas rotas y se renueve la inestable y baja barandilla sobre la vía ferroviaria.

¿Solución?

Desde la Asociación de Vecinos Trasancos reclaman que se amplíen las aceras del puente sobre aleros.