A la búsqueda del «mediomillonario»

FERROL

c. toimil

Expectación en Caranza por saber quién es el dueño de los 500.000 euros de la Bonoloto

27 mar 2017 . Actualizado a las 08:01 h.

Un cliente de la administración de loterías del mercado de Caranza logró adivinar la combinación secreta que le dará acceso si no a una caja fuerte sí a un contenido digno de ella. El sorteo de la Bonoloto del sábado, y la mágica secuencia de los números 7, 18, 25, 37, 40 y 45, deparó que un boleto sellado allí equivalga a un tesoro. En pesetas superaría muchas veces el término millonario. En euros, se queda en la mitad, porque este mediomillonario recibirá como premio 557.347,67 euros.

Si el agraciado, o agraciada, es consciente o no de que su vida ya ha cambiado es algo que todavía se desconoce. Como por descontado en estos casos, su identidad es una incógnita. Al barrio la noticia le cogía por sorpresa cuando aún se desperezaba en un domingo gris y lluvioso tras haber dormido una hora menos. Incluso pilló desprevenida a la administración de loterías que repartió la fortuna, la número 7 de la ciudad, ubicada en uno de los bajos de la plaza de abastos del barrio en la avenida de Castelao.

Las hermanas Mariola y Clara Sanjurjo Castro regentan el negocio que abrió en 1986 su madre, María Dolores Castro Piñeiro. Y ayer no podían, ni querían, ocultar su alegría. A pesar de que el sorteo se celebró el sábado por la noche, no fue hasta ayer por la mañana cuando se enteraron de la noticia por una llamada de la prensa. «Normalmente nos llaman de la delegación» de Loterías en A Coruña, relata Mariola. No fue este el caso. Al coincidir en fin de semana no hubo ni llamada ni envío del cartel con grandes dígitos para colgar del escaparate y anunciar la buena nueva. Todavía permanece el que recuerda que en agosto de 2015 la misma administración repartió una Primitiva de más de un millón de euros.

Entonces, recuerda Mariola, fue «muy repartido». Recayó en una peña de jubilados de 26 personas, a las que les llovieron 30.000 euros per capita, aproximadamente. En este caso, no se sabe. ¿Será alguien del barrio? Difícil preverlo, pero hay muchas papeletas. La clientela «es casi siempre la misma. Hay gente del barrio y otra que viene de fuera o de paso y que para aquí porque hay sitio para aparcar», apunta la lotera, a quien le gustaría que el premio se quedase en Caranza.

«Estamos felices»

«La verdad es que estamos felices. Y si le tocó a alguien que lo necesita, más», afirma. Aunque lo habitual es jugar la Bonoloto solo, dice que «hay veces que también se une gente del trabajo y la sellan juntos», así que el premio podría estar también repartido. Aguarda que hoy la delegación coruñesa de Loterías y Apuestas del Estado les dé alguna pista, aportando datos sobre el importe de la apuesta y si esta era sencilla o semanal.

El premio de la Bonoloto era la comidilla ayer en un barrio devorado por la expectación. Continuas bromas y chascarrillos a pie de calle, en los pocos establecimientos abiertos y también mediante mensajes y llamadas sobre el monotema. Y los consiguientes autodescartes de quienes, como algunos, aseguraban entre risas que de haber sido los ganadores no estarían en ese momento tomándose el café en el bar de siempre.

A la zona le ronda la suerte. Porque además de otros premios menores, una Primitiva dejaba en enero del pasado año un premio de 1,6 millones en la administración de lotería de la calle Nueva de Caranza. Del ganador, o ganadora, nada se supo. Como posiblemente ocurra con el nuevo mediomillonario de Caranza.