Alicia García Tenreiro: «Soy feliz tras cumplir la promesa que le hice a Santa Rita de ir a Casia»

FERROL

Alicia García Tenreiro, en la puerta de la basílica de Santa Rita de Casia, en Italia
Alicia García Tenreiro, en la puerta de la basílica de Santa Rita de Casia, en Italia Cedida

Viajó a Italia para agradecer la reposición de una lámpara centenaria en el templo de Xuvia

10 abr 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

Feliz se mostraba esta semana Alicia García Tenreiro, de 87 años, en un recorrido turístico por Roma, después de haber visitado la basílica de Santa Rita de Casia. «Doy gracias a Dios por haber tenido esa idea. Soy feliz tras haber cumplido la promesa que le hice a Santa Rita de visitarla en su lugar de origen, Casia», manifestó emocionada la octogenaria naronesa. Su promesa, de la que La Voz dio cuenta el pasado 12 de marzo, tenía por objeto que la santa, a la que ella tiene tanta devoción, mediase en un conflicto suscitado en su parroquia, Santa Rita de Xuvia, a raíz de que el sacerdote retirase una lámpara de cristal de roca tallado a mano en la Real Fábrica de la Granja de San Ildefonso que llevaba más de cien años en el templo.

La decisión del párroco, motivada por un problema de falta de seguridad de la pieza, causó malestar en parte del vecindario de Xuvia, pero, al final, tras una colecta en la parroquia, la lámpara centenaria fue reparada y vuelve a lucir en el interior de la iglesia. Y esa reposición de una pieza que los feligreses consideran un bien de gran valor sentimental, pero también patrimonial e histórico, fue la que determinó que Alicia viajase a Italia, a la basílica construida en el lugar en el que estaba la casa natal de la santa y en la que se conserva su cuerpo incorrupto.

El templo de Santa Rita de Xuvia, con la centenaria lámpara ya instalada
El templo de Santa Rita de Xuvia, con la centenaria lámpara ya instalada Fernando Masafret

«Hice la novena con mucha devoción y le prometí a Santa Rita que, si arreglaba esto, iría a Casia para darle las gracias y lo cumplí», apunta. Y así lo hizo la semana pasada, acompañada de una sobrina suya que vive en Madrid. «Cuando llegamos a Roma fuimos a informarnos de dónde salía el autobús para Casia. Al día siguiente tuvimos que madrugar y partimos de la estación a las siete y media de la mañana. El viaje duró tres horas, pero mereció la pena, porque Casia me encantó. La basílica es preciosa, había muchísima gente y cumplí mi sueño de ver a Santa Rita», relata.

Con la promesa cumplida, aprovecharon la ocasión para hacer un recorrido turístico por Roma, y en el regreso a España en avión, su sobrina ya se quedó en Madrid y Alicia, a sus 87 años, viajó sola en un autobús durante toda la noche de vuelta a su casa de Xuvia.

¿Y por qué tiene tanta devoción a Santa Rita? Alicia nació en Xuvia y se bautizó en el templo dedicado a la santa de Casia, que tiene un gran valor para ella y para muchos feligreses de esas parroquia naronesa, por la historia que lo rodea. La iglesia fue construida por Francisco Barcón de Quevedo, cumpliendo la última voluntad de su hija Rita, que murió de tuberculosis en 1902, a la edad de 22 años, dejando una hija recién nacida. «Era el dueño de la antigua capilla de San Roque —relata Alicia— y le pidió al Obispado que le permitiesen levantar una nueva iglesia dedicada a Santa Rita. La construyó y le puso esa lámpara, que ahora vuelve a estar a la vista de todos».

En ese templo se venera a Santa Rita, nacida el 22 de mayo de 1381 en Casia, en la región italiana de Umbría y que falleció el mismo día 1457. Su canonización tuvo lugar a principios del siglo XX y fue la que dio origen a la construcción del templo de Xuvia dedicado a ella y en recuerdo de la joven Rita Barcón de Quevedo.

Rita de Casia quería ser monja, pero cuando tenía 14 años sus padres la casaron con un hombre con el que, según se recoge en su biografía, «tuvo un mar de sufrimientos». El matrimonio tuvo dos hijos mellizos y el marido, que trabajaba como sereno y tenía muchos enemigos por sus fechorías pasadas, fue emboscado y asesinado.

Cuando quedó viuda, Rita pidió su admisión en el monasterio de las Agustinas de Santa María Magdalena, pero no aceptaron porque solo se lo permitían a vírgenes. Un año más tarde fallecieron sus dos hijos al mismo tiempo, y, ya sin obligaciones familiares, y fue aceptada en el convento. Uno de los símbolos de Santa Rita es la rosa y en Xuvia se mantiene la tradición de celebrar el Día de la Rosa el día 22 de mayo.