Los hogares generan menos residuos y seleccionan mejor que antes de la pandemia

FERROL

Planta de tratamientos de residuos urbanos de Nostián, en Arteixo
Planta de tratamientos de residuos urbanos de Nostián, en Arteixo CESAR QUIAN

El año pasado se recogieron en A Coruña 3.144 toneladas menos que en el 2019; en Santiago 1.399 y en Ferrol101

24 may 2022 . Actualizado a las 00:01 h.

El confinamiento y las restricciones por la pandemia del coronavirus generaron muchos cambios en la sociedad al margen de los meramente sanitarios. El hecho de pasar más tiempo encerrados en casa motivó el bum de obras de reforma, la búsqueda de viviendas con jardín y la construcción de piscinas que sigue habiendo en la actualidad.

Pero también parece haber despertado conciencias respecto a la necesidad de una mayor preocupación por el medio ambiente. Al menos así se desprende los datos de recogida de residuos en las tres grandes ciudades de la provincia de A Coruña los dos últimos años con respecto al de la prepandemia.

Según las cifras aportadas por los respectivos concellos, en A Coruña se bajó de las 96.406 toneladas de residuos domésticos recogidas en el 2019 a 87.748 el año siguiente y a 89.390 el ejercicio del 2021.

En Santiago, la progresión fue de 45.529 toneladas en el 2019 a 41.645 en el 2020 y 42.385 en el 2021. Y en Ferrol, las cifras se movieron desde las 26.617 toneladas en el 2019 a 26.308 en el 2020 y 26.516 el último ejercicio cerrado.

Según los datos referidos a este último año, la media anual por habitante fue de 364,16 kilos de residuos generados al año en A Coruña; 417,57 en Ferrol y 433,12 en Santiago, por debajo en los tres casos de la media española, que está en 443 kilos.

Como se puede apreciar, la mayor bajada en el montante de residuos correspondió al año 2020, que fue el de las mayores restricciones de la pandemia, porque hubo confinamiento, cierres perimetrales y la hostelería y el comercio con períodos también inactivos o funcionando a medio gas por la limitación de aforos.

No obstante, la mayor concienciación social apuntada tiene un mejor reflejo en la separación de los residuos en los hogares, que se incrementó en las tres ciudades. En este aspecto, Ferrol, que fue donde menos se notó la bajada en la generación de residuos, experimentó una significativa y progresiva mejoría en la selección de los materiales destinados al reciclaje. Así, en el caso de la bolsa amarilla —latas, briks y plásticos— pasó de 1.026 toneladas en 2019 a 1.122 en el 2020 y 1.129 en el 2021. La progresión en esos mismos años fue de 1.151 a 1.087 y 1.226 en cuanto al papel y el cartón; y de 816 a 756 y 806 en el caso del vidrio.

Por su parte, en Santiago, en el 2019, se recogieron 1.785 toneladas en el contenedor amarillo; en el 2020 subieron a 2.003 y en el 2021 a 1.956. En vidrio pasaron de 1.548 a 1.556 y 1.605; y en papel y cartón bajaron de 2.580 a 2.386 y el año pasado subieron 2.468 toneladas.

En A Coruña, en el que el modelo de recogida se clasifica en residuos orgánicos e inorgánicos, la progresión de los primeros fue de 17.978 toneladas en el 2019, 16.438 el año siguiente y 16.579 el ejercicio del 2021. De los inorgánicos se retiraron, por el mismo orden anual, 65.569, 63.192 y 64.685 toneladas. Por su parte, en los contenedores de vidrio se depositaron 3.934 toneladas en el 2019; 3.722 en el 2020; y 3.892 el año pasado; mientras que con el papel y cartón las cifras evolucionaron de 5.025 toneladas a 4.396 y 4.234.

Respecto a otro tipo de desechos, el año pasado en A Coruña se recogieron 15,58 toneladas de pilas, y en Ferrol fueron a parar al punto limpio 1.012 toneladas de residuos voluminosos.

Javier Domínguez: «En la pandemia se percibió una mayor preocupación social por el reciclaje»

Javier Domínguez Lino es el presidente de Sogama y analiza para La Voz la evolución de la generación y reciclaje de los residuos urbanos en los últimos tres años.

—¿Qué media de toneladas de residuos llegan a Sogama al año?

—Sogama presta servicio a 295 concellos (más de 2.240.000 habitantes) y recibe una media de 800.000 toneladas de residuos urbanos al año. Concretamente, en 2021 esta cifra fue de 794.473 toneladas frente a las 804.262 del 2019, lo que se traduce en una reducción del 1,22 %. Dado que el complejo medioambiental de Cerceda solo tenía capacidad para tratar 550.000 toneladas anuales, la empresa se vio obligada a depositar el resto en vertedero y en 2018 se amplió el complejo con una nueva planta de recuperación de los materiales reciclables contenidos en la basura en masa y que opera en línea con la industria 4.0. A día de hoy, el complejo está dimensionado para gestionar un millón de toneladas anuales pudiendo dar servicio, si así fuese necesario, a toda Galicia. Esta ampliación y la incorporación de las últimas tecnologías son factores que han contribuido a posicionarnos como la planta del sector más moderna y eficiente de Europa.

—¿Cuántas toneladas de residuos se logran reciclar?

—Sogama únicamente gestiona dos fracciones de residuos: bolsa amarilla —envases de plástico, las latas y los briks del contenedor amarillo— y bolsa negra —la fracción resto recogida a través del contenedor genérico—. Respecto a los envases ligeros, se separan por tipologías para remitir a los centros recicladores. En el caso de la basura convencional, con la nueva planta se consiguen segregar automáticamente materiales como el vidrio, briks, diferentes tipologías de plásticos, latas de acero y aluminio, etc. No obstante, para que el reciclaje final sea efectivo, tiene que haber una correcta selección de los residuos en origen, resultando fundamental contar con la implicación de la ciudadanía, ya que los materiales que viajan a los centros de reciclaje tienen que cumplir unas especificaciones técnicas. De no ser así, el reciclador los rechaza. Por tanto, Sogama no gestiona ni el vidrio, ni el papel/cartón, ni las pilas ni otros residuos domésticos especiales tales como aparatos eléctricos y electrónicos, voluminosos, etc. Estos desechos disponen de sus propios gestores autorizados. Teniendo en cuenta este escenario y que gestionamos únicamente la bolsa amarilla y la bolsa negra, logramos enviar a la industria transformadora del orden de 125.000 toneladas anuales.

—¿Hubo cambios en la pandemia?

—En el caso de la bolsa amarilla, la aportación al reciclaje de los envases ligeros se incrementó sustancialmente, subiendo desde las 27.393 toneladas del 2019 a las 31.194 toneladas del 2020 y 31.680 toneladas en el 2021. Durante la pandemia se hizo más patente la estrecha vinculación entre medio ambiente y salud, y se percibió una mayor preocupación social por el reciclaje. En el caso de la bolsa amarilla, el salto más importante fue entre 2019 y 2020, viéndose incrementada en un 13,88 %. Respecto a la bolsa negra, se ha visto reducida en un 0,74 %, bajando de las 800.802 toneladas en 2019 a las 794.879 en 2020, con una nueva caída en 2021, hasta las 794.473. De todas formas, hay que tener en cuenta variables como el confinamiento y el cierre temporal de la hostelería y comercio.

—¿Se percibe una mayor concienciación ciudadana?

—Sin duda. Cada vez se detecta mayor interés y compromiso, pero no debemos caer en la autocomplacencia. Se necesita más participación y sensibilización. En muchos casos, los ciudadanos disponen de la información y los conocimientos, pero no separan los residuos porque no están concienciados y también porque en torno al reciclaje hay muchos mitos y leyendas negras que les llevan a pensar que su aportación individual no es relevante, cuando en realidad resulta esencial.

—¿Qué campañas tienen en marcha?

—Diseñamos y ejecutamos campañas a nivel de masas para el conjunto de Galicia y deben ser los ayuntamientos, que son los que tienen las competencias en materia de residuos, los que las adapten a sus particularidades. Desde hace más de 12 años lideramos el programa Recíclate con Sogama, a través del Plan Proxecta de la Xunta; disponemos de la plataforma pedagógica online Caderno Verde para escolares de infantil y primaria, profesores y padres; impartimos cursos online destinados al personal de los ayuntamientos, docentes y fuerzas de seguridad; tenemos sesiones formativas presenciales que viajan por toda la comunidad; y lideramos un programa de compostaje doméstico al que ya están adscritas 431 entidades.

—¿Qué destino tienen los residuos?

—Los reciclables se remiten a los centros recicladores para ser convertidos en nuevos productos e incorporarlos al circuito comercial, lo que conlleva un importante ahorro de energía y materias primas. Y los no reciclables, Sogama los acondiciona en forma de Combustible Derivado de Residuos (CDR) que se valoriza energéticamente en una planta termoeléctrica puntera, produciendo la electricidad suficiente para abastecer al 12 % de los hogares gallegos.