Una pelea «con sillazos y mordiscos» por el hidrogel acabó con cuatro heridos en Ferrol

Bea Abelairas
Bea abelairas FERROL / LA VOZ

FERROL

Imagen del juzgado de Ferrol
Imagen del juzgado de Ferrol JOSE PARDO

La trifulca fue en agosto del 2020, ante un bar de la carretera de Castilla

23 feb 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

El Juzgado de lo Penal 2 de Ferrol celebró ayer el juicio por una pelea que se desencadenó en plena pandemia del covid, ante un bar de la carretera de Castilla. Fue en agosto del 2020. Todo comenzó por una discusión porque uno de los presentes se negó a usar el hidrogel, algo que desencadenó una riña entre los clientes y una camarera. En unos minutos se convirtió en un furioso altercado que terminó con varios heridos. De hecho, a la zona se tuvo que desplazar una ambulancia del servicio de emergencias para atender a unos y trasladar a otros afectados al Complejo Hospitalario Universitario de Ferrol.

Como era de esperar, la vista fue larga y los recuerdos de cada uno diferían mucho. Hasta el propio fiscal, Miguel Armenteiros, destacó en su alegato que es complicado determinar quién golpeó a quién y con qué. Lo que quedó atestiguado es que «hubo sillazos y mordiscos».

Indemnizaciones altas

En el banquillo de los acusados se sentaron dos hombres, aunque durante el juicio señalaron a otras dos afectadas que estaban en la sala también como agresoras. En cualquier caso, para uno de los encausados el fiscal pide una serie de multas y tres cantidades en concepto de responsabilidad civil por las lesiones causadas que superan los 4.000 euros. Para una de las heridas pide indemnizaciones de 2.470 euros por las lesiones y 1.600 euros por la secuela de agravación de una patología que ya tenía. De hecho, una de las forenses que declaró aseguró que es probable que empeore tras este golpe, aunque aclaró que es complicado evaluar cuánto. Este acusado deberá indemnizar a otra mujer con 100 euros, de acuerdo con la petición fiscal, y al otro encausado con otros cien euros. Por su parte, el hombre con el que se peleó deberá resarcirle a él con 750 euros por las heridas.

El escrito del fiscal y los testimonios del juicio de este jueves dejan claro que los dos acusados se pelearon después de que uno de ellos tirase a una mujer al suelo, donde recibió más golpes. Otra mujer que pasaba por la zona acudió en su auxilio y uno de los encausados «reaccionó dándole un fuerte golpe en un ojo e intentando morderla», según detalla el escrito de acusación del fiscal. Durante la vista declaró un viandante que pasaba por la calle y se detuvo a mediar. Confirmó la gran violencia que se esgrimió por todos los bandos.

Entre los encausados se registró tal forcejeo que llegaron a golpearse diversas partes del cuerpo. Patadas y golpes usando como armas sillas de la terraza. Un tumulto del que todos los implicados salieron mal parados y que pudo ser peligroso hasta para un menor de dos años que algunos testigos situaban en la zona de peligro por los golpes. Sin embargo, uno de los acusados clamó que este pequeño nunca estuvo en la zona en una sillita y que solo se hablaba de su presencia para desacreditarlo.

Al hospital

Tanto los dos hombres que se sentaron en el banquillo como las dos mujeres implicadas en la pelea tuvieron que ir al médico y tardaron varios días en restablecerse. De hecho, la afectada más grave sufrió daños en un codo, lumbalgia aguda postraumática, limitación de la movilidad, que tardaron 25 días en dejarle recuperar su vida normal.

Las dos forenses que revisaron a los heridos y su evolución declararon que estos daños eran compatibles con la caída hacia atrás que pudo sufrir en una trifulca. El suceso tuvo lugar en un período crítico de la pandemia: el 29 de agosto del 2020 a las tres menos cuarto de la tarde.

Uno de los acusados no quiso hacer uso del turno final de palabra; pero el otro sí. Es más, argumentó que el resto de los implicados habían urdido un plan contra él: «Todos mienten contra mí, soy funcionario judicial y no haría algo con estas consecuencias, porque tengo claro qué puede suceder», aseguró un hombre visiblemente alterado y que no es la primera vez que denuncia persecuciones contra él, aunque por otras cuestiones.

El caso quedó visto para sentencia tras un largo juicio y en una jornada en el que el Penal 2 tuvo que suspender otra de las vistas previstas por la petición de una de las partes.