Baño de flores y sol en la villa de Ares

A. F. C. ARES / LA VOZ

ARES

CESAR TOIMIL

Las alfombras del Corpus atrajeron a cientos de personas a la villa durante la jornada, que acabó con la procesión

19 jun 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

La mayoría de las personas que participaron en el diseño, la preparación y la elaboración de los tapices del Corpus de Ares no se fueron a dormir hasta cerca de las nueve de la mañana de ayer, después de casi 13 horas de trabajo por las calles de la villa. María Teresa Muíño, presidenta de la Asociación de Alfombras Florales, fue una de las últimas en regresar a casa. «Este año ha sido muy bueno y estamos muy satisfechos, la gente ha colaborado mucho y ha disfrutado de las alfombras todo el día, con sol, y por la noche, con mucho trabajo, en un ambiente muy bueno», comentó la responsable del colectivo, encargada del tramo de tapices de la zona del muelle.

Juani Filgueiras coordinó las labores en parte de la calle Real. «Anoche hacía calor y se estaba muy bien. Con lo más gordo acabamos en seguida, pero después quedan los detalles. Creo que todos los tramos han gustado por igual, cada uno tiene su encanto y todos estaban preciosos. Cuando se termina y ves el trabajo realizado es la satisfacción máxima», señaló. Las calles de Ares aparecieron ayer vestidas de colores, con motivos florales o religiosos, dibujos infantiles e incluso una mención a la causa de Una cura para Adri, que busca ayuda para lograr un tratamiento para la enfermedad de Hunter, que sufre este pequeño aresano.

El intenso trabajo de un mes, cortando verde y después flores, mereció la pena. «Mientras no se termina todo el montaje pasas mucha tensión, porque es muy difícil controlar todo el material, no sabes si va a bastar [...]. Pero en cuanto ves a la gente disfrutando de las alfombras, ya todo se pasa. Es un día feliz para nosotras, a pesar del cansancio», reconoce Juani. La presidenta del colectivo organizador está de acuerdo. La labor ha sido dura, para cubrir una superficie de mil metros de largo por tres de ancho, además de varias plazas existentes a lo largo de todo el recorrido. La estimación que manejan ronda las 15 toneladas de verde y flor, para una celebración que surgió en el año 1986 y que logró la declaración de Festa de Interese Turístico de Galicia en 2011, una recompensa al trabajo y la creatividad de los aresanos.