El cedeirés acusado de atropellar a un vecino declara que le «tenía miedo»

alberto mahía A CORUÑA / LA VOZ

CEDEIRA

césar quian

El constructor, de 70 años, se declaró «víctima» y dijo que el accidente fue «casual»

22 mar 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Maximino Caruncho repitió una y otra vez, hasta llorando, que el accidente que acabó con la vida del hombre que lo perseguía con denuncias fue fortuito, casual, que jamás quiso matarlo. Explicó que aquel 20 de diciembre del 2012 circulaba con su coche por el paseo marítimo de Cedeira cuando de pronto le apareció la víctima en la carretera. Frenó y dio un volantazo, pero no pudo evitar el impacto. Y que no fue hasta que lo vio tendido en el suelo cuando se percató de que se trataba de García Cheda, el hombre que en los últimos años había presentado nada menos que 80 demandas contra él. Cuando se dio cuenta de a quién había atropellado, perdió el conocimiento y entró en «shock». También afirmó que los atestados de la Guardia Civil «dicen mentiras» porque no fue persiguiendo a la víctima por la espalda para matarlo.

Las acusaciones no creen en casualidades y, con el atestado de Tráfico en la mano, sostienen que el atropello mortal fue intencionado. Por eso lo acusan de un delito de asesinato por el que piden para el acusado penas de entre 21 y 24 años de prisión.

Maximino Caruncho se echó a llorar al recordar «el calvario» que le supuso ese «accidente» para él y para los suyos. Se declaró como la otra «víctima» del suceso. También declaró que García Cheda estaba «obsesionado» con él, que «ese hombre tenía que estar mal» y que le «tenía miedo». Tanto es así, que le había dicho a los suyos que si lo veían por la calle, que se apartaran de él. No entiende el acusado «ese odio» que sentía el fallecido hacia él, pues «allí donde yo ponía un ladrillo, él presentaba una demanda». Pero esa animadversión, dijo, no significa que aquel día decidiese pasarle con el coche por encima.

El constructor cedeirés, que esta semana está siendo juzgado en la Audiencia Provincial de A Coruña como acusado de atropellar y matar deliberadamente a un vecino con el que mantenía una larga enemistad, dijo esta mañana que el accidente fue «casual». Así ocurrió, según el acusado: «Circulaba con mi coche por el paseo marítimo de Cedeira, atento a que no vinieran vehículos de frente y a la llegada de un camión que contraté, cuando de pronto alguien que caminaba por la carretera se echó hacia la izquierda, frené, di un volantazo y lo atropellé».

Su abogado, el penalista Manuel Arias, a través de preguntas a su cliente, intentó convencer al jurado de que si la víctima no fuese la persona con la que el acusado sostenía una profunda animadversión, nunca sería juzgado. La muerte se resolvería como un accidente.

Por su parte, las dos personas que primero acudieron al lugar del accidente han mantenido que el acusado se encontraba en «claro estado de nerviosismo» y que «estaba ido totalmente». Y lo más importante, que visualizaron el volantazo instintivo que realizó el procesado para «intentar esquivar» algo que no se esperaba hacia la izquierda. Uno de ellos incidió especialmente en esto, y ha subrayado que «si hubiese venido otro coche en dirección contraria habrían colisionado».

Al yerno del fallecido, que es fiscal en Barcelona, le extrañó la posición en la que se encontraba el cadáver y que pidió que Tráfico hiciese un informe.