Sin cocineros a veinte días de julio

A.F.C. ORTIGUEIRA

CEDEIRA

ángel manso

Hosteleros de Ortegal y Cedeira no logran completar las plantillas para el verano

11 jun 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

La falta de mano de obra para la campaña estival, a 20 días del mes de julio, preocupa a muchos hosteleros de Ortegal y Cedeira. La mayoría han conseguido camareros, pero quedan muchas vacantes en la cocina, en especial para ayudantes. «Temos problemas sobre todo para a cociña [...], se hai gañas apréndese de camiño», comentan en O Fornil, en Cariño. «Otros años ya habíamos encontrado en mayo, pero este año ni siquiera han venido a preguntar; si no conseguimos otra persona para la cocina tampoco contrataremos más camareros porque no se da atendido», señalan en A Muller Mariña, en el Porto de Bares (Mañón).

El restaurante A Goleta, en O Barqueiro, también necesita un auxiliar de cocina. La demanda se dispara, pero sin personal «no puedes responder», constata una empresaria, convencida de que el problema radica «en que la gente no quiere trabajar, sobre todo si no pueden librar el fin de semana». Este año, José Manuel Fernández, al frente del restaurante Vila Vella, en Cedeira, ha logrado completar el plantel sin demasiados problemas. «Sabes que en este trabajo tú estás pringando cuando la gente está disfrutando», constata. Sostiene que los salarios de la zona «no son el problema» y cree que hay que «tratar de que los empleados estén contentos y tengan vida, aunque a ti te toque defender el local». «Si estás a gusto te implicas más y todo funciona mejor», abunda Juan, camarero ocasional, «muy quemado de tantos veranos detrás y delante de la barra».

Las complicaciones para hallar personal para el comedor o la cocina contrastan con los elevados índices de desempleo. En Casa Rodrigo, en San Claudio (Ortigueira), han recibido decenas de currículos, de jóvenes de Barcelona, Toledo, Madrid o Sevilla, licenciados, graduados y con varios máster; y también de electricistas, fontaneros, soldadores o conductores de autobús. «De gente que venga de la hostelería, no», asegura David Doce, que hace autocrítica y responsabiliza de la situación, al menos en parte, al propio empresariado, «porque hay gente trabajando sin seguro». 

Temporalidad y horarios

Otro hostelero de Cedeira atribuye la falta de mano de obra a la temporalidad, sin olvidar «que este trabajo es duro, por horarios y por la gente». Alerta de «la competencia desleal con los restaurantes, por la dinámica del pincho en los bares», y no entiende «que las cocinas no cierren nunca». Santiago Villasuso, de la cafetería Alameda (Ortigueira), apuesta por «formar a la gente durante el resto del año» y ya ha desistido en la búsqueda de profesionales. Ahora se conforma con gente «con buena actitud».