La residencia de Caranza cumple 40 años uniendo familias

Bea Abelairas
Bea abelairas FERROL

FENE

Ya no solo son matrimonios los que están juntos: el centro tiene a padres e hijos o hermanas que están felices con los suyos

20 abr 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

La residencia de Caranza celebró ayer una gran fiesta, porque cumplía nada menos que 40 años. Los mayores se vistieron de domingo desde la hora del desayuno, porque era especial y porque justo después tocaba la primera sesión del photocall. Y allí posando con la mejor sonrisa fueron relatando sus experiencias en un centro capaz de mantener juntos no ya a matrimonios, sino a hermanos y a padres e hijos. Es el caso de Jesús Matesanz: tiene 67 años y es el más joven de una residencia en la que pidió entrar hace siete años. «Aquí estaban mis padres y cuando mi madre se quedó sola venía a comer con ella dos veces por semana, así que en cuanto pude me vine con ella», explica este hombre al que en el centro reconoce que le llaman «neno o pibe, pero cariñosamente, no me importa», porque se encuentra muy cómodo.

Jesús está en el área de los internos que se valen por sí mismos, y su madre en la zona de dependientes, pero pasan muchas horas juntos, aunque él sale mucho a pasear. Igual que Concepción Paz, que llegó a Caranza en el 2013. «Yo soy de Fene y pedí plaza aquí, pero tuve que esperar e ir antes al centro de mayores de Monforte, donde también estuve muy bien», cuenta esta mujer de 84 años que cada día sale a pasear por el barrio y a tomar un café. Ayer disfrutó de una jornada en la que hubo música, una comida especial y hasta sesión vermú. También mucha faena extra para trabajadores como Carmen Rañal Pol y Rosa Couce Cabana, las dos trabajadoras sociales, que no pararon de hacer fotos de recuerdo de los internos.

Teatro

«El personal es maravilloso, tenemos que decirlo bien alto», agradecían las dos integrantes de otra mini familia de esta residencia. Se trata de las hermanas Teresa y Antonia Allegue, que comparten habitación desde hace doce años. «Hay mucha limpieza y un personal estupendo, además de muchas posibilidades para pasarlo bien -contaba Antonia poco después de posar con su hermana para la foto-. Nosotras hacemos gimnasia y teatro, aunque siempre entre mujeres».

Hace un tiempo que el matrimonio formado por José Ramón Porta y Elvira Moré no puede lanzarse a bailar como antes en las fiestas, pero aun así ayer disfrutaron mucho: «Mi mujer tiene mal una pierna, pero estamos muy bien aquí juntos y llegamos en el 2008, hace casi diez años», precisaban dos octogenarios que también felicitaron al personal que cada día los atiende.

El director de la residencia de Caranza, Juan Carlos Berrocal, no ocultaba ayer su satisfacción ante la avalancha de elogios, felicitaciones y buenos recuerdos que tuvo: «Estoy aquí desde hace solo cuatro meses, pero estamos muy contentos con el ambiente y sobre todo con el apoyo que recibimos de entidades de la ciudad, por eso hemos querido agradecérselo».