Los socorristas curan diez picaduras de faneca y escarapote cada jornada

FERROL CIUDAD

11 ago 2007 . Actualizado a las 02:00 h.

FERROL | Los bañistas tienen que hacer frente cada verano a las amenazas de las playas, que se materializan en forma de fanecas bravas, escarapotes, medusas y tábanos, entre otros animales. Las picaduras de los dos primeros -que pertenecen a especies diferentes- son las más comunes en los arenales de la comarca. El mal tiempo de principios de julio, con una consecuente merma en la afluencia de personas a las playas, provocó que las incidencias de este tipo fuesen menos abundantes que en veranos pasados. Sin embargo, la cifra ha subido como la espuma en las últimas semanas. Los socorristas de la zona atienden una media de diez picaduras al día de fanecas bravas y escarapotes.

Hay muchos factores que desencadenan un aumento de la presencia de estas especies en las playas. Aisha Permuy, jefa del puesto de socorristas en A Frouxeira (Valdoviño), explica que las picaduras proliferan en días de marea baja, con mucha gente en los arenales, y con la temperatura del agua elevada.

Son las intervenciones que más abundan en las playas de Valdoviño, junto con las picaduras de avispas y tábanos. «De medusa sólo tuvimos un caso en todo el verano», apunta Permuy.

Misma cantidad

En los arenales de Ferrol, Doniños, San Xurxo y Covas se llevan la palma en la cifra de picaduras de fanecas bravas y escarapotes. Joaquín Domínguez, coordinador del equipo de socorristas de la ciudad, explica que cada año registran un volumen importante de incidencias de este tipo: «Es algo que ocurre todos los veranos, y con lo que ya contamos».

Asegura que, en lo que va de verano, los vigilantes de Ferrol han tenido 327 intervenciones, de las que un porcentaje muy alto han sido motivadas por las agresiones de estas dos especies. «Otros veranos hemos llegado a las 600», apunta Domínguez.

A la caseta de socorrismo de Ortigueira, en el arenal de Morouzos, también están llegando en los últimos días muchos bañistas aquejados por el dolor de la faneca. «Desde que empezamos a vigilar, en julio, hemos contabilizado 22 casos. Últimamente, atendemos unas cinco picaduras diarias», explican.

En Pontedeume, los socorristas señalan que en la playa de Ber no suelen abundar este tipo de incidencias, con unos seis casos en lo que va de agosto.

Algo similar ocurre en Cedeira, donde este verano apenas han tenido intervenciones de esta índole. Sin embargo, en este municipio sí es algo anómalo, ya que en temporadas estivales pasadas sumaban hasta 50 ó 60 picaduras.

Procedimiento

El procedimiento que siguen los vigilantes cuando llega a la caseta una persona que ha pisado una faneca brava o un escarapote es, en primer lugar, extraerle la espina. Luego, lavan la zona afectada con amoníaco. «Les recomendamos que metan el pie en agua caliente o paseen por una zona de arena caliente, porque el veneno pierde efecto al entrar en contacto con el calor», explica Aisha Permuy.

Para evitar estas situaciones, recomiendan arrastrar los pies o llevar sandalias de plástico.