Todos quieren un «selfie» con «capuchoncito»

Bea Abelairas
B. Abelairas FERROL

FERROL CIUDAD

La nueva escultura atrae a personas de todas las edades.
La nueva escultura atrae a personas de todas las edades. josé pardo< / span>

La escultura del cofrade lleva seis días en la calle Real y ya cuenta con centenares de seguidores en las redes sociales

31 mar 2015 . Actualizado a las 07:41 h.

La escultura del pequeño cofrade solo lleva seis días en la calle Real y ya es un personaje de Ferrol, aunque, al menos en las redes sociales, se le ha rebautizado como «capuchoncito». Desde el pasado jueves, cuando el alcalde y los representantes de las cofradías lo inauguraron en plena lluvia, no ha vuelto a estar solo. Los viandantes que pasan a su lado se paran a verlo, a tocarlo y a inspeccionar el material y se detienen incluso en una pequeña chapita que indica la fundación pontevedresa en la que se elaboró una talla diseñada por el ferrolano José Rubio Gascón. Un detalle que ha sido tema de conversación para grupos como el que ayer dejaba claro en el Bla Bla que era una pena que no se hubiese recurrido a un taller de la comarca para una obra a la que las arcas públicas han dedicado 20.000 euros.

Sin embargo, las cofradías están encantadas con una escultura que triunfa en las redes sociales. Durante su primer fin de semana en la calle eran decenas las personas (de todas las edades) que colgaron sus selfies con la talla.

Salvado del vandalismo

No fueron pocos los que pronosticaron que esta pieza sería el objeto de todo tipo de actos vandálicos, pero lo cierto es que por ahora se ha salvado y solo el sábado amaneció un poco tuneado con un capirote de papel de plata.

«Representa la Semana Santa y aunque se hacen muchas bromas todas son desde el respeto», detallaba ayer una comerciante de la calle, que constata las decenas de personas que se paran para escudriñar a una figura que cuenta con una cuenta de Twiter con varios centenares de seguidores.

En esta y otras redes sociales otras estatuas, como la de Valle Inclán, saludan a capuchoncito, mientras él hace llamamientos como que alguien le acerque un bocado a la hora del aperitivo. Otros fans del cofrade de hierro con baño de cobre hacen recreaciones geniales de un personaje que ayer despedía la tarde con un nuevo capricho: «Quiero un bocata del Canario. Las estrellas tenemos estas cosas».