Jesús Calleja se enamora de Galicia

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Cuatro emitió una nueva «misión» del aventurero leonés en «Volando voy», grabada en los acantilados de la comarca

11 oct 2015 . Actualizado a las 23:08 h.

Con la excusa de participar en un simulacro de rescate marítimo para su programa Volando Voy, el aventurero Jesús Calleja llegó a la costa de Ortegal a los mandos de su helicóptero Robinson R4. Y desde que aterrizó, no paró de entrevistarse con vecinos de la zona. Primero conoció a Loli, una simpática jubilada que estaba tomando unos vinos con unas amigas y que acabó a bordo del helicóptero disfrutando de unas vistas de pájaro inigualables de los acantilados. Loli, emocionada, hizo de guía a un entusiasmado Calleja por la belleza del paisaje: «Vaya tierriña más guapa que tenéis».

En el banco más bonito del mundo, en los acantilados de Loiba, se citó con Fran Canosa, que realizó una pequeña explicación de la formación geológica de la zona y también acabó emocionado volando con Calleja, a quien le reconoció que, le gusta tanto la zona, que de pequeño, en uno de sus cumpleaños, le pidió a su padre como único regalo que le llevase allí en coche para pasar el día. Debieron hacer buenas migas, ya que el presentador leonés se despidió con un «Tú serás mi amigo para siempre». Tras el geólogo llegó el turno de Jorge, un percebeiro de Cedeira que convenció a Calleja para que se enfundase el neopreno para capturar algo de marisco juntos. El aventurero de Cuatro quedó sorprendido de la peligrosidad de su profesión, ya que en un día con el mar en calma se llevó algún pequeño susto mientras rascaba entre las rocas. Sergio, que aseguró que no cambiaría su trabajo por ningún otro a pesar del riesgo, se convirtió en el «hombre al agua» del rescate en torno al cual se vertebró el programa. Calleja se entrevistó también con dos algueiros que le dieron a probar algas al presentador en pleno puerto de Cedeira, y con Sergio, el herrero, showman, músico y mucho más.

Después llegó el turno de Pizano, un marinero jubilado de Espasante que ahora vive en Madrid se enamoró de la ex mujer de Coto Matamoros. «Tengo un poco de miedo, que está muy cachas», reconoció ante Calleja. El aventurero leonés se trasladó después a Estaca de Bares, para conocer a Eugenio, Fran y Manuel, los fareros. Calleja revolucionó la comarca de Ortegal en unos días de rodaje que los vecinos tardarán en olvidar. 

Una cosa exagerada de guapa

«Cuando lo veáis desde el aire, cómo lo hemos grabado, la tecnología que hemos empleado, con los drones que hemos trabajado, además hicimos una misión de salvamento marítimo real... os va a impresionar. Además, hemos grabado imágenes de unas playas, unas bahías... que parecen el trópico. Galicia es una cosa exagerada de guapa». Así de entusiasmado avanzaba el aventurero Jesús Calleja en una entrevista en La Voz el resultado de su rodaje en Ferrolterra y Ortegal para su programa Volando Voy, que emitió la cadena Cuatro este sábado.

El leonés visitó a ojo de pájaro varios enclaves de la comarca en junio a bordo del helicóptero Robinson R4. Cabo Ortegal, el reclamo.

Volando voy es un formato novedoso en televisión con el que el popular aventurero pretende «redescubrir» los parajes más impresionantes de la geografía española. Pero con un reto: llevar a esos lugares lo último en tecnología y ponerla a prueba. Desde investigación espacial a estudios cartográficos en 3D, o el desarrollo de nuevas técnicas de salvamento marítimo. Precisamente el capítulo rodado en la comarca aborda las técnicas de rescate.

El aventurero cambió la habitual compañía de personajes populares de otros programas por los vecinos de las localidades que visita, «conocedores del terreno y sus singularidades como la palma de su mano», aunque «poco acostumbrados a que la tecnología y los gadgets de última generación interactúen en su día a día».

Colaboración de Salvamento Marítimo

«El mar es muy duro, lo viví en mis propias carnes acompañando a un percebeiro. Me siento orgulloso de mostrar el trabajo que hace toda la gente que vive del mar. Y el trabajo del equipo de Salvamento Marítimo, por supuesto», asegurbaa Calleja tras el rodaje en la comarca.

Durante la «misión», el helicóptero tomó  imágenes espectaculares de los acantilados de cabo Ortegal y Estaca de Bares, uno de los lugares «más bonitos del mundo, donde se juntan el Océano Atlántico y el Mar Cantábrico», relataba.