Señales que invitan a la confusión

FERROL CIUDAD

05 ene 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

En el cruce de las calles María y Coruña, una señal de tráfico advierte de que no se puede aparcar más de media hora. Es la zona de párking exprés que quizás solo los muy avisados saben que nunca llegó a entrar en vigor. Una manzana más abajo -calles Coruña y Real- el entuerto medio se aclara: la misma señal tapada con un trozo de plástico y un cartón invita a pensar que la prohibición de estacionar durante más de treinta minutos expiró. Si uno viene de fuera y oyó algo de nuestras peculiaridades en la regulación del aparcamiento puede dar en pensar que se trata de una originalidad más. Como la de la zona azul en la que se avisa de puño y letra la hora a la que se dejó el coche; o la vieja tradición de cambiar cada mes el lado de la calle en la que se podía estacionar.

Pero no. El párking exprés, por más que uno vea flamantes señales de tráfico, no existe en Ferrol. Nos hemos gastado dinero en comprarlas e instalarlas y en pintar algunos bordillos de color naranja. Pero ni existe ni parece que vaya a existir. Aquello fue un plan del gobierno de Rey Varela que, por alguna razón (¿quizás la proximidad de las elecciones locales?), no quiso poner en marcha pese a que los medios estaban disponibles. El alcalde Jorge Suárez ya anunció la semana pasada que revisará aquel plan que había quedado en suspenso, pero adelantó que no habrá zona naranja, la del aparcamiento limitado a media hora. Ni ORA de pago, que eso quema en las manos de cualquier mandatario ferrolano.

Pese al galimatías de la ordenación del tráfico en el centro -que como cualquier espacio urbano tradicional no debe renunciar a ser un lugar para el peatón- se adivina alguna buena noticia. Después de unos primeros desencuentros a cuenta de una improvisada peatonalización integral de la calle Real, parece que el concello y los comerciantes están dispuestos a sentarse todas las veces que sea necesario para poner sobre la mesa el diseño de lo que, por fin, debería ser el barrio de A Magdalena en no mucho tiempo. Y los usuarios, es decir, todos los ciudadanos, deberían sumarse también a ese proceso de debate y elaboración de estrategias. Ni se parte de cero ni la experiencia es mala. Nadie querría hoy en día devolver los coches a las calles Dolores o Galiano.

No está mal aprender de experiencias ajenas, pero ni siquiera haría falta mirarse en otros espejos, entre otras razones porque cada ciudad tiene sus peculiaridades y ya se sabe que el modelo cartesiano de Ferrol es singular. En todo caso, ordenar los usos del centro urbano no puede ser solo retirar los coches. Bueno sería empezar por tener una señalización que no confunda al usuario.