Los socialistas gallegos siguen envueltos en sus problemas profundamente políticos y ahora están preparando a quién van a apoyar en las primarias, ya que conocen dos candidatos y todavía no saben a quién tender la alfombra roja para que llegue a la Secretaría General del PSOE. Están introducidos ya en ese largo camino de elaboración de un nuevo programa socialdemócrata para los próximos cuatros años y, por el momento, Pedro Sánchez y Patxi López se llevan la palma y el honor al dar un paso al frente y presentar sus proyectos, que luego pasará por el tamiz del Congreso Federal. Y lo que resulte será la herramienta de trabajo de ese partido para llegar al Gobierno y gobernar.
Los papeles ya están con los del Comité Federal para ser estudiados y para opinar sin ligerezas ni pragmatismo aburrido sobre el futuro. En Galicia-Sur, como no podía ser de otra forma, ya se ha alzado la voz de Abel Caballero, inflado de ego, apuesta por Susana Díaz, que todavía no es candidata. Pero no están por la misma suerte sus hermanos separados del norte, que caminan más despacio. Y en esta ocasión es Valentín González Formoso, presidente de la Diputación de A Coruña, la marca blanca del socialismo del norte, que en su día estuvo a favor de Pedro Sánchez. Y cuenta con el partido en la provincia y un montón de compañeros alcaldes en las comarcas de Eume, Ortegal y Ferrol, que están callados como petos, esperando que llegue su momento para dar la batalla.
Y por lo visto, claramente la contienda entre el norte y el sur de Galicia está servida. Y por estas latitudes, aunque no tan soterradamente, se están organizando. Hace unos días hubo una reunión en A Capela a la que acudieron militantes de Ferrolterra para elegir a la responsable comarcal y buscar complicados apoyos que andan sueltos todavía. Y en Ferrol, la cuna del socialismo gallego, el partido está congelado y desde la dirección de la agrupación no se tomó aún iniciativa alguna. Bueno, parece que la secretaria general apoyará a la presidenta andaluza, pero aquí siguen enredados en el aire circense que están llevando a cabo en el Ayuntamiento. A pesar de todo, el liderazgo provincial de Valentín González Formoso tendrá que superar los alfileres de dos puntas que le presentan algunos en A Coruña y Santiago. Su fortaleza, como digo, está en esta zona, ya que desde la Diputación está haciendo un buen trabajo. Seguro que aquí creará un automatismo mental en los militantes que le darán el voto a su candidato y nadie en medio de este escenario levantará el dedo por otro aspirante.