¡Al tren!

José Picado DE GUARISNAIS

FERROL CIUDAD

26 mar 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Wenceslao Fernández Flórez, en un cuento delicioso titulado Los viajes, escribió aquello de que el tren le parecía una «invención atrasada y estúpida» a pesar de lo cual le reconocía algunas importantes ventajas. Una de ellas, innegable a su parecer, era la lentitud con que suelen circular lo que representa un gran ahorro para los viajeros. «Si el viajero no pasase esas horas de más en el tren las tendría que pasar en alguna parte: iría al café, se metería en una fonda… y todo eso cuesta dinero. Pero dentro del vagón el viajero no puede gastar un solo perro chico». ¡Extraordinario! Pues eso deben pensar los responsables actuales de que los traslados en tren desde Ferrol a La Coruña, o por el norte hacia el Ortegal y la Mariña lucense, ocupen tanto tiempo. Así los ferrolanos no gastarán un euro de más y pasarán el día mirando el paisaje.

Las cosas han cambiado desde que el escritor y periodista coruñés hacía sus viajes a principios del siglo veinte. Bueno, han cambiado en todo menos en el tren que, aunque ya no se alimenta de carbón, sigue manteniendo la sana costumbre de entretener demasiado a sus pasajeros. La situación de atraso de los trenes ferrolanos no resiste ya los comentarios humorísticos de don Wenceslao.

En la mayor parte de Galicia se cuenta con infraestructuras de alta velocidad. Nuevos trenes en nuevas vías electrificadas permiten hacer viajes de forma rápida, ecológica y económica, de forma competitiva con el automóvil. Pero Ferrol seguirá siendo un punto negro y dispondrá de estos servicios dentro de algunos años, porque se empiezan a demandar, de manera seria, ahora. Hace una década se debería haber tenido la reunión que se tuvo esta semana pasada y firmar el acuerdo institucional, tal y como ahora se hizo. Los alcaldes de la zona junto a senadores, diputados y representantes de la Diputación, se han sumado a la Xunta de Galicia y a su Parlamento para tratar de poner fin a este atraso. Es el punto de partida para hacer estudios, análisis y algún que otro proyecto. Después todavía será preciso materializar el acuerdo político y destinar los presupuestos necesarios, licitar y ejecutar las obras, etc… El resultado será el de unos cuantos años de retraso, algo similar a lo que sucedió con la autopista.

La foto en el Concello fue excelente, aunque particularmente echase en falta algunos actores, como representantes de la Universidad, de los Ingenieros de Caminos, de los empresarios y agentes sociales y expertos en geografía humana. Los asistentes se sentaron encuadrando fotogénicamente la rosa de los vientos municipal, referencia imprescindible para no perder el norte. A ver si -por una vez- tampoco pierden el tren.