Los parques biosaludables caen poco a poco en el olvido

Carla Elías Martínez
Carla Elías FERROL

FERROL CIUDAD

JOSE PARDO

Los usuarios destacan sus buenas condiciones y piden más carteles que expliquen el uso de cada aparato

19 abr 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

«Yo siempre veo las mismas caras y luego los niños, que les encanta jugar aquí», comenta María Teresa Rodríguez. Esta vecina de Esteiro de 53 años es asidua al parque biosaludable del barrio. «Suelo caminar todos los días y aprovecho para venir un poco», explica, aunque ayer por la mañana se dirigía hacia su casa mientras que el parque estaba vacío. El bum inicial de este servicio dio paso a un lento olvido lo que ha provocado que algunos sean cada vez menos utilizados, aunque muchos amantes de la vida saludable agradecen estas estructuras para hacer deporte al aire libre y de forma gratuita.

Ferrol dispone de once parques de este tipo -dos en Caranza, y uno en A Malata, Canido, Esteiro, San Pablo, Covas, O Inferniño, Santa Marina, Recimil y Santa Icía- y la empresa Jardincelas se encarga de su mantenimiento. «Tenemos un planning semanal de visitas y actuaciones y dentro de ese planning se van reparando aquellos elementos que lo necesiten. Después en el Concello estamos todas las empresas con el programa de trabajo Barrio a Barrio en el que hacemos actuaciones más específicas según las peticiones de las asociaciones de vecinos», explican desde la firma.

David Carrete opta habitualmente por el ubicado en Recimil. «Está bastante bien, suelo venir a las máquinas y también al campo de fútbol», explica mientras atraviesa la zona acompañado de su familia y el parque está vacío. Es uno de los atractivos de la plaza de Sevilla, poder contar en un espacio abierto con, además del parque biosaludable, otra área de juegos infantiles y el campo de fútbol y baloncesto, por lo que es muy frecuentado por familias.

«Si los usas mal, te haces daño»

Una de las mayores quejas es la falta de información sobre el uso de cada aparato en algunas áreas. Mientras que, por ejemplo, el de Caranza sí cuenta con carteles explicativos, los de Recimil o Esteiro no. «A mí porque me gusta y más o menos sé cómo usarlos, pero estaría bien que lo pusiesen. Si no sabes puedes tener miedo de empezar por si lo haces mal y te acabas haciendo daño», reconoce María Teresa. ¿Su aparato preferido? «No sé cómo se llama, pero me sirve para la espalda y los brazos», comenta. Los usuarios agradecen como puntos fuertes su buen mantenimiento. María González, usuaria del de Recimil, destaca los beneficios para la salud de los mayores. «El médico siempre me decía que tenía que moverme pero no puedo pagar un gimnasio o unas clases y vengo aquí. Me gustan más los aparatos de mover las piernas, que las tengo muy gordas», bromea.

El primero de estos parques que se habilitó en Ferrol es el ubicado en el paseo marítimo de Caranza, cuya construcción se remonta a hace nueve años. Aunque inicialmente este servicio fue concebido para los mayores por sus aparatos gimnásticos, ahora también se apuntan los jóvenes. Es el caso de Léa Canales, una francesa de 23 años que da clases en la Escuela de Idiomas de Ferrol, y el estadounidense Ian Galligar, profesor de 22 años en el colegio cedeirés Nicolás del Río, que ayer disponían del espacio para ellos solos. «Parece que hay algunos aparatos más nuevos que otros, pero lo que está muy bien es que hay explicaciones», agradece Léa. Los jóvenes aprovecharon los recursos que ofrece Caranza para hacer deporte. «Vinimos corriendo por el paseo y paramos aquí », detalla Léa. Ian es más asiduo al de su barrio, O Inferniño, del que destaca las buenas condiciones: «Es un poco más nuevo y hay más gente».