La Feira do Libro de Ferrol vivió su edición más multitudinaria

r. loureiro FERROL / LA VOZ

FERROL CIUDAD

césar toimil

La jornada de la gran fiesta de la lectura sirvió para culminar el certamen

24 abr 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

A falta de los datos de ventas definitivos, los libreros no podrían estar más satisfechos: la Feria del Libro de Ferrol culminó ayer su edición más multitudinaria. Algo que resulta especialmente relevante cuando se trata de un certamen que atravesó por momentos muy difíciles, aunque durante los últimos años parece estar viviendo una constante tendencia al crecimiento, tanto en número de visitantes como en volumen de ventas. Y para los profesionales del sector el Cantón de Molins es, además, una excelente ubicación para instalar las casetas.

De hecho, así lo demuestra, dicen, la afluencia de público de estos días . Una afluencia de público que, en su opinión, viene a confirmar que Ferrol es una ciudad con una gran número de lectores y que ama los libros.

Apuesta cultural

Así lo señalan, de hecho, profesionales como los responsables de la librería Galiano, que apuntan que aunque las ferias del libro no siempre dan, en lo comercial, los resultados esperados, y que la presencia en ellas a menudo tiene más de apuesta cultural que de operación directamente comercial, este año el desarrollo de la Feria del Libro de Ferrol cabe calificarlo de excelente. O como los de la Central Librera Dolores, que también resaltaban ayer la afluencia de público, a lo largo de estos días, al Cantón de Molins.

En cuanto al perfil del público que durante estos días acudió al Cantón para no perderse la Feira do Libro de Ferrol, cabe subrayar que, especialmente durante el fin de semana, estuvo formado, en un alto porcentaje, por familias con niños. Y era verdaderamente hermoso ver, ayer mismo, con qué entusiasmo muchos de esos niños se acercaban a los libros infantiles y a todo cuanto en la feria rodeaba a ese mundo -tan importante- de los libros ilustrados para los más pequeños.

Por lo demás, en las casetas había, como casi siempre, de todo: desde literatura de consumo hasta grandes clásicos, pasando por la omnipresencia de la última novela de Aramburu, Patria.