La hermana del encarcelado por querer volar un edificio pide su incapacitación

FERROL CIUDAD

C. Toimil

La mujer alega su mal estado mental, ya que afirma hablar con el Papa y Fidel Castro

27 abr 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Ana Fernández, la hermana del vecino de Ferrol que está en prisión provisional desde el pasado 24 de marzo por intentar volar el edificio de diez viviendas en el que residía -cortó la goma del gas y dejó encendidas una vela y una estufa eléctrica-, se muestra desesperada. Manifiesta que nadie atiende su requerimiento para que lo incapaciten y tampoco le facilitan información, a pesar de que él la autorizó para ir a visitarlo a la cárcel y para que la tengan al día sobre los trámites que se están siguiendo.

Sin ir más lejos, ayer dijo haberse enterado por terceros de que mañana, viernes, Luis Manuel va a ser trasladado a los juzgados de Ferrol para ser interrogado, pero nadie se lo comunicó oficialmente. En vista de la situación, manifestó haber llamado por teléfono al juzgado para que la informaran, pero la desviaron a la oficina de atención del ciudadano y nadie respondió a la llamada.

Ana Fernández asegura que en el Hospital Naval de Ferrol tampoco le encontraron el expediente de cuando su hermano estuvo ingresado en la unidad de Psiquiatría en cumplimiento de una sentencia judicial. Hace años estuvo ingresado allí seis meses y otros seis los pasó en prisión, por desarmar a un guardia civil en la localidad de Guitiriz.

Ella está tratando de recabar toda la documentación posible para lograr la incapacitación de su hermano y que el Estado se haga cargo de él, «porque eu non quero responsabilizarme do que poida facer», dice . A su modo de ver, la prisión no es el lugar más adecuado para él, «porque é un enfermo».

Como muestra de la gravedad de su estado refiere que cuando acudió al piso de su hermano a recoger ropa para llevársela a la cárcel se encontró con una carta certificada que había sido enviada a una dirección de Cuba y vino de vuelta por desconocimiento del destinatario.

En la misma, Manuel solicitaba a unos supuestos «amigos de la calle Escorial» que le gestionasen todo para irse para Cuba, «porque aquí no tengo futuro por la corrupción política». Indicaba, asimismo, que con su pensión -1.160 euros- podía alimentar diariamente a más de 50 personas, que hablaba con Juan Pablo II, con «el árabe del ejército invisible» y también con Fidel y Raúl Castro.

Ana Fernández indica, asimismo, que una de las veces que lo visitó en la cárcel le llamó Cristina, y más tarde le comentó que tanto Cristina como Iñaki Urdangarín, a pesar de estar viviendo en Suiza, se preocupaban por él.

«Eu dei a cara desde o primeiro momento, pero véxome impotente, porque a xustiza non me axuda», indica la mujer, añadiendo que en Betanzos ya hubo hace años tres juicios contra él, porque su hermano rompió la puerta de la casa de su padre y los amenazó con un cuchillo, «pero todo quedou en nada porque nos dixeron que non o localizaban, a pesar de que nós lles indicaramos que vivía en Ferrol».

Ana Fernández pide entre lágrimas que alguien la ayude. «Non sei se hai algunha asociación de familiares de casos deste tipo ou alguén que me poida botar unha man, porque xa non sei que facer», apunta.