El muro de unas obras bloquea el Camiño Inglés en Vilar do Colo

Carla Elías Martínez
Carla Elías FERROL

FERROL CIUDAD

CARLA ELÍAS

Los peregrinos deben subir un terraplén y saltar un quitamiedos o tomar otra senda

21 may 2017 . Actualizado a las 13:04 h.

Subir un terraplén y saltar un quitamiedos o dar marcha atrás 500 metros y aventurarse a tomar otro camino que no tiene indicador. Son las dos opciones a las que se enfrentan los peregrinos que recorren el Camino Inglés de Santiago a tan solo unos seis kilómetros de la salida desde Ferrol. El muro de unas obras bloquea el recorrido a su paso por la parroquia fenesa de Barallobre donde se adentra en el polígono industrial de Vilar do Colo, sin que sepan con exactitud por donde se debe continuar.

«Esto es una vergüenza», lamentaba en el punto Josefina López Calderón. Realiza el camino con sus hermanos Manuel y Luis, quien le replicaba que podía ser peor. Aunque son madrileños, vienen desde diferentes lugares: Josefina de Inglaterra, Manuel de Cantabria y Luis de Ciudad Real. «Es la primera vez que hacemos este itinerario», comentaban, aunque son muy aficionados al senderismo y, por ejemplo, para Luis es el sexto Camino de Santiago que hace. Ayer optaron por enfrentarse al obstáculo y ayudados de sus bastones se atrevieron a subir el resbaladizo terraplén que se ha formado entre el muro y la maleza hasta la acera a la que deben llegar, flanqueada por un quitamiedos que debieron saltar.

Oficialmente este es el recorrido que deben realizar los peregrinos. Es la ruta señalizada e, incluso, desde la acera pueden seguir viéndose las indicaciones. Pero, ¿qué deben hacer quienes acometen la ruta en bicicleta? Es el caso de los amigos Remi, Víctor, Daniel y Antonio. Vienen de Tarancón, en Cuenca. Se estrenan en el itinerario inglés aunque ya han completado otros caminos, siempre en bicicleta. «El año pasado en Sanabria ya vi algo de esto», comenta Daniel. Coinciden en que el Camiño Inglés carece bastante de señalización. El peligro de intentar realizar la maniobra con las bicicletas y mochilas a hombros les obligó a dar media vuelta y buscar una ruta alternativa. Y es que los vecinos han puesto su granito de arena desbrozando parcelas sin uso y abriendo otra senda. «O sitio do Camiño era pola entrada do polígono pero o levaron por aquí -donde ahora está cortado por el muro- hai máis de dez anos, se supón que provisional», critica María Martínez. Junto con su marido José Manuel Martínez llevan años manteniendo limpia la zona. «Levamos a maleza para estercar a terra. Antes desbrozábamos moito máis pero imos vellos», indica María. Con su trabajo mantienen abierta una senda secundaria que también usan los vecinos para acceder al polígono, aunque alertan de que ellos no pueden encargarse y reclaman a la Xunta que lo desbroce y lo señalice, además de que limpien todos los terrenos del polígono sin uso pegados a las viviendas. «Se foran nosos non nolo deixarían ter así. Que veñan e o limpen antes de que ocorra unha desgraza», reclaman. Su trabajo ayuda a que los peregrinos puedan tener una senda alternativa, aunque sin señalización. Son los propios vecinos quienes también acaban actuando de guías.

Desde la Consellería de Cultura no se han pronunciado acerca de la problemática.