Desde los Alpes hasta Covas

Icía Rodríguez / A. U. FERROL

FERROL CIUDAD

CESAR TOIMIL

Un grupo de exploradores suizos definen Ferrolterra como el lugar perfecto para realizar un campamento, con montaña, playa y temperaturas no demasiado altas

14 jul 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Una vez cada tres años las tropas suizas de scout Carouderco y Warabasega deciden ponerse las mochilas a los hombros para descubrir un lugar del extranjero. Y esta vez ha sido el turno de Ferrolterra. Desde el lunes han estado en el cámping de As Cabazas, en Covas, para seguir hoy en Cariño. Los 1.500 kilómetros que les separan de su casa no les asustan, lo tienen claro. Como apunta Estelle Delley, una de las monitoras, «buscando en Internet encontramos fotos de la costa y nos pareció el sitio ideal. Podemos ir a la playa y hacer rutas, además de que la temperatura no es demasiado alta». Añade que cuando estaban preparando la ruta contactaron con gente de España y les dieron muy buenas referencias. Los monitores dicen también que les gusta mantener la emoción y el suspense llevando en secreto el destino del campamento hasta un mes antes.

El pasado martes llegaron en avión hasta Santiago, desde donde fueron a A Coruña en transporte público. Allí comenzaron su ruta a pie hacia Ferrol, que duró dos días. «Fue duro porque algunos niños estaban cansados. Tuvimos suerte de que no nos lloviera, y no hacía mucho calor. Si hubieran subido las temperaturas habría sido horrible» dice Alaina Maillard, otra de las monitoras del campamento. Al llegar a Ferrol se trasladaron hasta Covas. «Los niños estaban demasiado cansados y las mochilas son muy pesadas así que decidimos terminar la ruta» apuntó Estelle Delley. Pero como señala su compañera, «al final siempre merece la pena».

El principal objetivo «es que descubrieran otro país», matiza Estelle, y explica que «en Suiza nos centramos más en las actividades, pero aquí pretendemos que vean el sitio y sus peculiaridades». Este ha sido uno de los motivos de que eligieran ambientar su acampada en leyendas de la zona. «Queríamos relacionar nuestras actividades con la cultura del sitio donde estamos», señala.

Particularidades que tiene cada país, y como no, cada grupo scout también. Al contrario que los exploradores de aquí, los suizos utilizan diferentes colores en el uniforme para diferenciar a educadores (verde oscuro) y educandos (marrón claro). El pañuelo que identifica a este grupo lleva los colores rojo y marrón.

Pero al final lo que cuenta es que los niños aprendan y se lo pasen bien. Danaé Wohlschlag y Lua Gaggini son dos de los 48 scouts. Sonrientes, afirman que les gusta que cada cierto tiempo se haga una acampada en el extranjero. «Conocer otros países, otras culturas... Es diferente. Nos gusta el mar, y la gente es súper simpática» apuntaron ambas. Destacan que muchas personas se acercaban a ellas a preguntarles por el escultismo o por su país de origen.

El final de su campamento

Hoy comienzan su acampada en Cariño, donde se quedarán hasta el domingo. Después volverán a Santiago de Compostela para poner rumbo a casa. Se pusieron en contacto con el Concello de Cariño vía correo electrónico, y consiguieron que se les ceda estos próximos días el campo de fútbol de Feás, con acceso a las duchas y los vestuarios. La ausencia de un cámping en Cariño hace que estos espacios se habiliten para eventos de este tipo, como se hizo con el Raid de aventuras o con algunas rutas de BTT.

ESTELLE DELLEY, MONITORA

CESAR TOIMIL

«Nos gusta enseñar todo lo que podemos mediante pequeños juegos»

La educadora suiza destaca que su metodología busca dinamizar el aprendizaje. Organizan debates, rutas y otras actividades para ayudarles a comprender la técnica scout.