La Procesión de la Resurrección pone el broche de oro a la Semana Santa ferrolana

FERROL CIUDAD

Miles de personas abarrotan las calles de la ciudad en la jornada con la que culmina la Gran Pasión del Norte

31 mar 2024 . Actualizado a las 17:06 h.

En una mañana de domingo que amaneció lluviosa, pero en la que el sol fue abriéndose paso entre las nubes como en un hermoso milagro de Pascua, la Procesión de la Resurrección ha puesto el broche de oro a la Semana Santa ferrolana, a la Gran Pasión del Norte.  Aunque este año la Semana Santa -cuya ubicación en los calendarios fluctúa en función de las fases de la luna, como ya lo hacía la celebración de la Pascua en el tiempo de Jesús- ha estado más madrugadora que nunca, aproximándose a los días de invierno y adentrándose en la lluvia, Ferrol -a pesar de haber tenido que suspender varias procesiones por el temporal- ha vivido una de las ediciones de la Semana Santa más bellas de su historia

Aunque el Miércoles Santo y el Jueves Santo fueron días especialmente lluviosos en Ferrol, conforme la semana avanzaba las nubes del temporal fueron dando una cierta tregua a la Pasión de Ferrol, que en jornadas como la del Viernes Santo (día del Santo Encuentro, del Desenclavo, del Santo Entierro, de la Procesión de la Soledad, de Os Caldiños...) volvió a brillar a una altura excepcional, convirtiéndose de nuevo en una de las columnas centrales de la Semana Santa española.

Este domingo, conforme la procesión de terminaba, el temporal -con tronada incluida- volvía a desatar su furia sobre la ciudad de Ferrol. Pero la Resurrección se había celebrado ya. Miles de personas habían abarrotado las calles del casco histórico para presenciar el paso de los cofrades.  En la plaza de Armas, donde culminó la procesión (fue allí donde se escenificó el Gozoso Encuentro), el grupo de baile del Real Coro Toxos e Froles danzó ante los cofrades. Y por último, mientras sonaba un «Ave María» en el aire de la primavera, los tronos regresaron a sus templos para evitar la lluvia, que empezaba a caer de nuevo; y a caer, por cierto, con fuerza.