El Lestonnac cumple 50 años: «Siempre fuimos un colegio acogedor, solidario y muy 'caranceiro'»

beatriz antón FERROL / LA VOZ

FERROL CIUDAD

Nació al mismo tiempo que el barrio y funcionó también como cine, parroquia y centro social. Tiene ya medio siglo de vida y el 4 de mayo lo celebrará con una gran fiesta abierta a todos los ex alumnos

25 abr 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

El polígono residencial de Caranza se inauguró oficialmente en agosto de 1972. Y solo un año después, en el curso 1973-1974, se estrenaba también el flamante edificio del colegio Santa Juana de Lestonnac, un centro educativo que nació al mismo tiempo que el barrio y en el que a lo largo de medio siglo se han formado cientos y cientos de niños y niñas de ese pedazo de Ferrol alumbrado para acoger a los desalojados de Esteiro y a los expropiados de A Gándara, pero también a familias obreras procedentes de distintos puntos de la comarca. «Siempre fuimos un colegio acogedor, familiar y muy solidario, como es el propio barrio, y por eso somos también un colegio muy caranceiro», dice con orgullo Eva Díaz Robles, profesora de la ESO y ex directora del Lestonnac.

Junto al resto de la comunidad educativa, estos días descuenta las jornadas que faltan para celebrar por todo lo alto el 50 aniversario del centro. Lo harán con una jornada especial que tendrá lugar el próximo 4 mayo (desde las 12.00 horas) y que incluirá una misa, una exposición sobre la historia del colegio, una comida campestre con pulpeiro y churrascada, juegos infantiles y la música del grupo Zest, en el que milita uno de los profesores del Lestonnac, Diego Vázquez. «Será una jornada muy especial y que por supuesto está abierta a todas las personas que pasaron por el colegio en estos cincuenta años», comenta emocionada la directora, Eva Rodríguez.

Clases de mecanografía en el centro
Clases de mecanografía en el centro

Niños que hoy son ya cincuentañeros y peinan canas podrán reencontrarse en un cita que servirá para festejar los 50 años de la inauguración oficial del centro, aunque la directora aclara que los orígenes del Lestonnac se remontan a principios de los años 60, cuando se empezó a construir el barrio y las religiosas de la Compañía de María (la congregación a la que pertenecía el colegio hasta el curso pasado, cuando pasó a manos de la red Arenales) comenzaron a dar las primeras clases en unos bajos de las viviendas de Bazán.

El barrio fue creciendo, cada vez había más pequeños y por eso se construyó «un colegio enorme», que al principio era solo femenino y en el curso 1985-1986 abrió sus puertas también a los niños. Laura Pía, ex alumna de la primera promoción y ahora administrativa del centro, recuerda la impresión que le causó el primer día que pisó sus aulas con solo 4 años. «Me pareció gigantesco y se convirtió en mi segunda casa, porque mi madre era profesora aquí y nos pasábamos el día en el cole», rememora.

Manuel Amado y Laura Lorenzo, los dos profesores más veteranos, también recuerdan el bullicio de aquellos años en los que la matrícula superaba los mil alumnos y había tres aulas por curso, «A, B y C, con más de cuarenta niños por clase».

A pesar de su tamaño, todos destacan que el Lestonnac siempre fue un colegio muy «familiar» y conectado al barrio. «Hubo un tiempo que fuimos parroquia, el salón de actos se abría a los vecinos para que celebrasen sus reuniones y además el cole también funcionó como cine. Los padres proyectaban aquí películas los fines de semana y gente de todo el barrio venía a verlas», relata Eva Rodríguez. Como ex alumna y ahora profesora, se muestra orgullosa de haber podido estudiar en un centro en el que recibió una «excelente formación tanto a nivel académico como humano» y en el que forjó «amistades para toda la vida».

Cincuenta años después, muchas cosas han cambiado en el Lestonnac. La matrícula pasó de más de 1.000 alumnos a casi 300 por el bajón demográfico. Ya no hay religiosas en el centro. «Las dos últimas, Avelina y Ermitas, se marcharon el año pasado», anota con cariño hacia ellas Eva Rodríguez. Pero la esencia del Lestonnac permanece intacta. «Seguimos siendo un colegio solidario, integrador y muy acogedor. Hoy mismo dimos la bienvenida a un alumno de Marruecos y tenemos también a niños de Venezuela, Colombia, Honduras...».