La revolución de los robots que mantienen el césped a raya cala en toda la comarca

A. F. C. ORTIGUEIRA / LA VOZ

MONFERO

Imagen de un robot Husqvarna, cedida por el Grupo Luciano, de Cedeira
Imagen de un robot Husqvarna, cedida por el Grupo Luciano, de Cedeira CEDIDA

Hay aparatos desde 800 euros hasta más de cinco mil, en función de la superficie a cortar y las características del terreno

03 jun 2023 . Actualizado a las 04:29 h.

Para Manuel Vázquez, vecino del municipio de Monfero, «a mellor compra que se pode facer hoxe para un xardín é o robot curta-céspede». Entre subirse al tractor cada dos semanas durante dos horas y media y ver cómo una máquina se mueve por la finca, no duda. «Ao final é máis barato, o consumo eléctrico practicamente non o notas na factura da luz, e co tractor tiñas bastante gasto de gasolina», explica. No solo ahorra trabajo sino que el resultado es mejor: «Co tractor nunca conseguías telo sempre ben nin tan homoxéneo, e había que recoller a herba. Co robot, ao ser tan curta non fai falta, serve de abono, e o céspede ou o prado queda moito máis tupido».

La revolución de los cortacésped inteligentes ha calado ya en toda la comarca. En la ferretería Luciano, en Cedeira, han empezado a comercializarlo este año. Alejandro Rodríguez reconoce que era reacio a este tipo de máquina, pero ahora lo defiende con la pasión del converso. Venden el Automower de Husqvarna: «A diferencia de otros, este nunca se pierde, porque aparte del cable perimetral [que delimita la superficie a cortar] lleva un cable guía, que se coloca en el lugar más alejado de la estación de carga». Explica que hay modelos adaptados en función de la superficie y la pendiente: «Hasta un 40 % de desnivel se pueden utilizar los normales, si es más pronunciado tiene que ser un 4 x 4». En cuanto a los precios, Rodríguez indica que van de los 800 euros a más de cinco mil: «Para un jardín de 100 o 200 metros cuadrados vale el más barato, y para uno de cuatro mil el ideal ronda los tres mil».

El encargado de la ferretería del Grupo Luciano comenta que en solo una semana han instalado diez aparatos. «A quien se le estropea el tractor ya piensa en el robot; se puede controlar desde el móvil, con una aplicación, te dice dónde está, si se ha ido de la zona, si ha vuelto... te hace un mapeo de la finca, lo memoriza y te la mantiene siempre en perfecto estado», recalca. «Es como una oveja que no deja excrementos [ni se come las plantas o los brotes de los árboles]», ilustra.

En Norterra, en el polígono de A Gándara (Narón), llevan ocho años vendiendo robots cortacésped. «Desde que abrimos», señala Isabel Sierra, encargada del negocio, junto a Luis Carbajal. Venden la marca Stihl. «Donde se puede, la gente sustituye el tractor o el cortacésped de mano por un robot. Y se puede utilizar en casi todo tipo de terreno, con tal de que no tenga agujeros. Basta con tener una toma de corriente y se puede instalar, y a partir de ahí se le marca un plan de corta, un número de horas semanales, según convenga», detalla Sierra. El cable perimetral delimita el área de trabajo.

Un vecino de Monfero con su robot cortacésped, de la marca Stihl
Un vecino de Monfero con su robot cortacésped, de la marca Stihl

Añade que las características técnicas del aparato hacen que «no valga la pena robarlo porque si sale de su finca necesitas una contraseña del distribuidor para desbloquearlo y tienes solo unas horas para poder hacerlo». Sobre el mantenimiento, dice que basta con afilar las cuchillas; y acerca del precio, la gama va de 995 euros a más de cinco mil.

Manuel Vázquez, con una parcela de unos cuatro mil metros cuadrados, describe su robot: «Leva unha batería que alimenta dous motores, un para cada roda, e outro que fai xirar unha cuchilla. Ten un caparazón montado sobre catro tornillos, cun muelle, vai como flotando enriba da estrutura, e se se atopa cunha árbore [u otro obstáculo], para, dá marcha atrás e cambia de dirección». No es obligatorio, pero él le ha montado una pequeña cubierta, donde tiene la base, para protegerlo mientras se carga.