Marcial, templo culinario de Narón: «Los tres hermanos crecimos entre fogones»

Patricia Hermida Torrente
Patricia Hermida NARÓN / LA VOZ

NARÓN

Manuel Ángel, Mercedes y José Pablo Puente Díaz, en la cocina del restaurante Marcial.
Manuel Ángel, Mercedes y José Pablo Puente Díaz, en la cocina del restaurante Marcial. JOSE PARDO

Los Puente Díaz continúan la exitosa saga iniciada por sus padres en 1970

06 oct 2023 . Actualizado a las 21:38 h.

Atención, amantes del buen comer. Cigala del día, zamburiña de la ría, camarón, centolla, cocochas de bacalao a la romana con pil-pil, lenguado y lubina salvajes, rodaballo con salsa de nécoras... La carta de Marcial demuestra por qué este templo culinario de Narón lleva abierto ininterrumpidamente desde 1970. Y sigue con las carnes: cordero a la Maruja, chuletón de vaca gallega, carrilleras, rabo de vaca, conejo estofado... Al frente se encuentran los hermanos Mercedes (61 años), Manuel Ángel (52) y José Pablo Puente Díaz (48). Dignos herederos de aquel matrimonio formado por Marcial Puente y María Díaz (la Maruja del cordero), que creó el famoso restaurante Marcial de Xuvia. «Los tres hermanos crecimos entre fogones, y aprendimos todo viendo trabajar a nuestros padres», recuerdan con cierta emoción.

Cuentan con uno de los locales de hostelería de más categoría en la zona, y de los más veteranos en activo. «Pero nos caracteriza la humildad, el mejor piropo es que la gente nos diga que se ha quedado con nosotros encantada de la vida», apunta Mercedes. La historia de Marcial se remonta a 1970, cuando el patriarca dejó su trabajo en Megasa para coger un bar de esquina en la carretera de Castilla: «Empezó con el Tejeras, con el típico mesón de comidas a base de tripas, pulpo, chocos, callos». Allí acudían los trabajadores de menú, y ya en 1975 Marcial y Maruja compran un solar cercano para crear el edificio donde se encuentra el actual restaurante (calle Río Pereiro). El matrimonio, natural de Sedes, ampliaba un negocio que pronto también se dedicó a grandes celebraciones como Primeras Comuniones.

Los tres hermanos en las cocinas
Los tres hermanos en las cocinas JOSE PARDO

José Pablo solo tenía seis meses cuando montaron ese nuevo local, Mercedes ayudó a sus padres desde el principio. La vida sonreía a Ferrolterra gracias a los astilleros. En 1980 se abrió un comedor aún más grande, en pleno bum de las Comuniones ochenteras. «Y de adolescentes ya ayudábamos a nuestros padres, el sector cambió mucho porque antes te dedicabas más en cuerpo y alma... y ahora tienes más vida», agradece Juan Pablo, que se encarga de la sala mientras sus hermanos atienden la cocina. Las reformas se sucedieron entre 1998 y 2008, cuando se hizo la mayor obra. Y desde 2002, dos años después de la jubilación de un Marcial que ahora tiene 88 años, los tres hermanos se montaron como sociedad.

«Con el tiempo introdujimos nuevos platos pero mantenemos los tradicionales como el rape a la cedeiresa, el cordero a la Maruja de nuestra fallecida madre, o los callos», explica José Pablo. Porque como todo en la vida, el cliente siempre vuelve a los clásicos. También cambió el público: «Antes servías 40 menús a trabajadores de Megasa pero ahora están a turnos y comen en sus casas, también cuando abrió el polígono Río do Pozo venían aquí porque aún no tenían bares en su zona». Ahora sigue el éxito con más negocios y celebraciones, «y una evolución de la hostelería a mejor en los horarios, nosotros ahora descansamos domingos por la noche y lunes».

Y ese tiempo también ha pasado por Xuvia, «desde cuando las amigas nos silbábamos de una casa a otra a la desaparición de algunos comercios, pero otros llegan». Con los hermanos también trabaja otro empleado, «en este sector como en otros vemos que falta personal». Celebran que «en la cocina hay ahora un mayor intercambio de conocimientos, quizás desde la nueva cocina vasca». Y presumen de otros platos que hacen salivar como los siguientes: carpaccio de presa ibérica, croquetas de cecina, foie con compota de manzana...