El aluvión de visitas hace urgente regular el acceso al banco de Loiba

ANA F. CUBA ORTIGUEIRA / LA VOZ

ORTIGUEIRA

El Concello de Ortigueira prepara un proyecto para controlar el tráfico y mejorar la señalización a fin de «minimizar» el impacto para los vecinos

27 ago 2015 . Actualizado a las 08:41 h.

«Se isto segue así, logo seremos outra praia das Catedrais», vaticina un vecino de Loiba tras el aluvión de visitantes producido en los últimos dos meses, ansiosos por conocer «el mejor banco del mundo». «Funciona como un reclamo, es indiscutible, y beneficia a la zona porque es un pretexto para venir», recalca una hostelera ortegana. Pero la avalancha de curiosos hace urgente regular el acceso para «minimizar» los perjuicios para los residentes en esta parroquia.

De momento, las medidas anunciadas por el alcalde de Ortigueira, el socialista Juan Penabad Muras, al inicio del verano, «para preservar el entorno natural y garantizar la seguridad», no se han aplicado. Fuentes del gobierno local explican que personal técnico municipal está elaborando un proyecto «que abarque todos los aspectos, tanto el tráfico y la circulación de coches y autobuses (algún autocar ha entrado por la pista equivocada), como la señalización y el aparcamiento (dos motivos de queja, en este caso para los turistas)».

Al tratarse de una zona afectada por Costas e integrada en la Red Natura 2000, «hay restricciones que se tienen que respetar», constatan desde el ejecutivo. «Tampoco contamos con una partida presupuestaria para actuar aquí (...). El anterior gobierno no hizo nada para poner remedio a lo que se venía encima», agregan. A comienzos de julio, el mandatario local expresaba su temor a que en el popular banco situado al pie del acantilado, al oeste de la piedra Gaivoteira, se acabe reproduciendo el fenómeno de la playa de As Catedrais, donde se ha limitado la cifra diaria de visitantes. En la aldea de O Picón y los alrededores hay opiniones discrepantes. Unos presumen de banco y otros reniegan de él.

«Hay que buscar un equilibrio, que esté controlado y que perjudique lo menos posible a la gente. Nos vamos a reunir con los vecinos de otras zonas de la parroquia, no solo con los que están más cerca, porque a ellos también les afecta», avanzan desde el Concello. Cada jornada estival descubren el banco cientos de personas (hay quien habla de días de hasta dos mil). «Lo hemos visto en la tele y en Facebook y al fin estamos aquí. ¡Qué maravilla, incluso en un día tan gris y tan frío!», comentaba ayer una familia vallisoletana.