El servicio de emergencias de la comarca de Ortegal cumple 25 años con los mismos medios humanos

ANA F. CUBA ORTIGUEIRA

ORTIGUEIRA

De izquierda a derecha, el alcalde de Ortigueira, el encargado del GES y tres integrantes más del grupo, junto al obispo de Mondoñedo-Ferrol, al lado al belén creado por el ferrolano Camilo Díaz Baliño en 1924
De izquierda a derecha, el alcalde de Ortigueira, el encargado del GES y tres integrantes más del grupo, junto al obispo de Mondoñedo-Ferrol, al lado al belén creado por el ferrolano Camilo Díaz Baliño en 1924 CEDIDA

El GES, con 12 efectivos, urge refuerzos para cubrir una zona mal comunicada, extensa, con veinte mil habitantes y a al menos 45 minutos del parque de bomberos más cercano

31 dic 2022 . Actualizado a las 00:02 h.

A Jaime Villar (San Adrián de Veiga, 47 años) le costó decidirse a entrar en el Grupo de Intervención Rápida (GIR) de Ortigueira. «Probé por casualidad», recuerda, animado por el entonces concejal Regino Quintiana, que buscaba gente para constituir el equipo de 12 personas necesario para crear el GIR. Villar, que tocaba el trombón de varas en la Banda Escuela de Música de Ortigueira, ya se había comprometido con la orquesta La Odisea para la campaña de fiestas del verano. «Me gustaba mucho la música [...], pero ahora agradezco no haber ido», reconoce.

El grupo de emergencias (primero GIR, después GEMIR y GRUMIR, y hoy GES) echó a andar en 1997, y un año después, el 5 de mayo, nació la agrupación de Protección Civil de Ortigueira. «La creamos para juntar voluntarios, para hacer cantera, había que empezar a formarse para crear un servicio de emergencias, y porque necesitábamos material para el GIR. Al principio compartíamos el coche con el grupo de extinción de incendios, del Ayuntamiento; en verano lo usaba la cuadrilla y el resto del año nosotros. Dormíamos en el gimnasio del pabellón, con colchonetas, y casi no cabíamos», repasa. Los medios han mejorado mucho en este cuarto de siglo. «El Concello, todo lo que le pedimos nos lo da», recalca Villar, agradecido. Disponen de tres camiones (uno forestal, una bomba urbana ligera y una rural), seis vehículos, trajes y material específico para la retirada de nidos de velutina. «Tenemos más material que personal para usarlo», concluye.

En recursos humanos, la situación es la misma que hace 25 años. Solo ha mejorado la preparación de los efectivos, pero no el número. Durante un período fueron 15 (una plantilla estable de tres y doce que iban rotando con cargo a ayudas de planes de empleo temporal), pero ya hace años que volvieron a los 12 de los comienzos. Esto les obliga a trabajar en turnos de solo dos personas. «Así es imposible atenderlo todo, con dos no das hecho nada», se lamenta el jefe del grupo, cargo que compagina con la presidencia de la agrupación de Protección Civil, con 22 voluntarios (llegaron a ser 40).

Villar pone el ejemplo de un incendio urbano: «Uno tiene que atender la bomba del camión y solo puede entrar otro... entras vendido». Una guardia de dos también resulta insuficiente para cubrir un accidente de tráfico que requiere una excarcelación. La plantilla no ha variado en estos años, pero la carga de trabajo se ha disparado. «Ahora, en verano ya casi nos ocupan todo el tiempo los nidos de velutina», indica Villar. Durante varios años desempeñaron esta labor en los siete municipios en los que operan —Ortigueira, Mañón, Cariño, Cerdido, Cedeira, Moeche y As Somozas—, ahora se limitan a Ortigueira (un territorio muy extenso, con 22 parroquias y mucha incidencia del insecto), salvo casos complejos y urgentes.

El párroco, Francisco Javier Martínez Prieto, incorporó un camión de bomberos al belén, en homenaje al GES
El párroco, Francisco Javier Martínez Prieto, incorporó un camión de bomberos al belén, en homenaje al GES

El jefe del GES alude a un episodio ocurrido el 8 de noviembre de 2016: «Estábamos quitando un nido de velutina en Cerdido y nos llamaron por un incendio en una casa en O Barqueiro. No solo tardas en llegar [unos 30 minutos], sino que tienes que parar en la base para cambiar el traje de la velutina [por el de bombero]». La voluntariedad y el compromiso personal de los integrantes del GES palían las carencias de efectivos. «Cuando hay algo grave llamas a la gente que está de descanso y, por suerte, todos colaboran, unos por otros, por solidaridad», señala Villar.

El jefe del equipo reclama la contratación de otros cuatro profesionales, lo que permitiría organizar guardias de tres, respetando jornadas de descanso, vacaciones o bajas. «Por el alcalde de Ortigueira no hay problema, pero el Concello lo tiene difícil hacer nuevas contrataciones [por la legislación en vigor]», constata. La financiación del GES corre a cargo de la Xunta (aporta el 52,5 %), la Diputación y el Ayuntamiento (ambos suman el otro 47,5 %). Falta voluntad política para reforzar el único servicio de emergencias de la comarca de Ortegal (la zona que abarca el GES suma 20.000 habitantes), aislada por las penosas comunicaciones por carretera. El parque de bomberos más próximo está en As Pontes, a 45 minutos de Ortigueira y a una hora de Cariño.