La demolición del edificio del Siroco culmina el proceso de recuperación del entorno natural de la playa, iniciado hace 15 años con el derribo de La Rotonda y el Coyote
24 jun 2022 . Actualizado a las 13:56 h.El Concello de Valdoviño despejó esta semana las vistas panorámicas de la playa de A Frouxeira con la demolición del esqueleto de hormigón que quedaba en pie del edificio del antiguo bar Siroco. Es el último paso de un proceso impulsado hace casi veinte años por la Demarcación de Costas para mejorar y recuperar el entorno de uno de los arenales más grandes y más concurridos de la comarca de Ferrol. La iniciativa en cuestión ya supuso la demolición de otros dos edificios situados también a pie de playa: el restaurante La Rotonda, que se ejecutó en noviembre del 2006; y el bar Coyote, en noviembre del 2007.
Los trabajos de derribo del edificio del Siroco se iniciaron hace unos días con la retirada de las planchas de uralita por parte de personal especializado en el manejo del amianto, y el miércoles por la tarde una pala de gran tonelaje comenzó a demoler la vieja y ruinosa estructura. Fue una jornada muy esperada, tras casi diez años desde que el Concello de Valdoviño inició los trámites para proceder a su demolición. Así, el arranque de la misma fue seguido a pie de obra por el presidente de la Diputación de A Coruña, Valentín González Formoso, y el alcalde valdoviñés, Alberto González, que además abordaron la colaboración entre ambas Administraciones en las tareas de regeneración del espacio que ocupaba el Siroco. Los dos destacaron la importancia del derribo para eliminar el feísmo y mejorar la estética del principal acceso al arenal.
La intención del Concello es incorporar la parcela al viario del municipio, conectando las aceras de Aldea A Lagoa y la carretera de la playa. Esta intervención permitirá optimizar la seguridad viaria en el entorno de la playa, con un intenso flujo de vehículos durante el verano y casi todo el año, porque el paseo que discurre al borde de la playa y de la laguna de A Frouxeira es muy frecuentado también en invierno.
La fecha clave para la intervención ahora ejecutada fue en agosto del 2021, cuando el gobierno local aprobó inicialmente el expediente de expropiación urbanística del inmueble en ruinas. El proceso se cerró recientemente con el abono de 17.604, 73 euros a los antiguos propietarios, que supuso el paso del antiguo Siroco a manos del Concello, que concluyó la ejecución del derribo el pasado viernes.
La demolición del mítico edificio de La Rotonda, situado justo enfrente al Siroco y en el que se celebraron muchas bodas, bautizos y comuniones, también había supuesto un cambio en la fisonomía de la playa de A Frouxeira. El inmueble, propiedad del Concello de Valdoviño, funcionó como restaurante durante tres décadas y cerró en el 2000.
Los trabajos de demolición corrieron a cargo de la Demarcación de Costas, con el objetivo de recuperar la zona de protección marítimo-costera y ampliar el sistema dunar.
El nuevo chiringuito
Como contrapartida a la cesión de La Rotonda para su demolición, se construyó el local del chiringuito existente en la actualidad, que está ubicado al borde del paseo, en las proximidades de la caseta de socorrismo y que el Concello tiene adjudicado en concesión a una empresa de hostelería.
Otra construcción que durante años formó parte de la panorámica de A Frouxeira fue la que albergaba el Coyote, situado en primera línea de playa y muy frecuentado por clientes de toda la comarca, sobre todo los fines de semana.
Los trámites también se prolongaron bastante en el tiempo y, finalmente, sucumbió bajo la piqueta a mediados de noviembre del 2007. En este caso, el retraso en la demolición fue consecuencia de un prolongado proceso judicial, con numerosos recursos por parte de los propietarios, que terminó con una sentencia en la que se ordenaba el derribo del Coyote.
El proyecto inicial de Costas incluía también la desaparición de otros dos establecimientos: El Palmar, mítico restaurante de bodas, bautizos y comuniones; y el local con piscina de A Saíña. Pero finalmente lograron salvarse y siguen funcionando en la actualidad. En el caso de El Palmar, cambió de titular y fue sometido a una profunda reforma, y el pasado verano reabrió con el nombre de Mare Nostrum.
Agustín Veiga, vecino de Mandiá: «Tal e como estaba xa non facía nada. Foi a mellor solución»
Agustín Veiga vive en la parroquia ferrolana de Mandiá, pero va todos los días al paseo de A Frouxeira, tanto en verano como en invierno. A pesar de que es más partidario de construir que de destruir, está de acuerdo con la demolición del edificio del Siroco. «Tal e como estaba xa non facía nada. Foi a mellor solución», manifiesta, recordando que en su día sí dio vida a la zona, al igual que el también desaparecido Coyote.
Marina Rodríguez, vecina de Valdoviño: «Para min era un espantallo e a zona quedou divina»
Desde que comenzó la demolición del Siroco, Marina Rodríguez bajó todos los días a pasear con su perro para ver cómo avanzaban los trabajos de derribo. «Para min era un espantallo e a zona quedou divina», apunta. Y añade que si estuviera en buenas condiciones podría plantearse rehabilitarlo y darle uso, pero aun así considera que la mejor solución fue hacerlo desaparecer, con lo que se ha conseguido mejorar toda la zona.
Manuel Martínez, vecino de Lago: «No sé cómo permitieron tenerlo así tanto tiempo»
El Siroco le trae buenos recuerdos a Manuel Martínez. «Vi construir el edificio y ahí pasé muy buenos ratos, porque fue uno de los locales que más trabajaba de la zona», indica. Pero, no obstante, asegura que se tardó demasiado tiempo en demolerlo. «No sé cómo permitieron tenerlo así tanto tiempo», manifiesta, apostillando que con su eliminación «gana la playa, el entorno y el medio ambiente».