Gobiernos en la cuerda floja

Miguel Ascón Belver
MIGUEL ASCÓN OURENSE / LA VOZ

FIRMAS

Ocho ejecutivos están en minoría o viven con pactos más o menos estables

20 may 2012 . Actualizado a las 06:00 h.

El 91 % de los ayuntamientos ourensanos tienen un gobierno con mayoría absoluta. Ese otro 9 % de concellos vive su día a día con ejecutivos en minoría o con pactos más o menos estables, que en ocasiones acaban incluso con amenazas de mociones de censura. Y es que, aunque la convivencia de dos o más fuerzas políticas en un gobierno no tiene por qué ser conflictiva -como ocurre habitualmente en la capital-, esos acuerdos suele generar disputas que dificultan la gestión de los intereses colectivos.

Cosas así pasan, por ejemplo, cuando BNG, PSOE y PP -por orden de apoyos- se unen para arrebatar la alcaldía a la lista más votada, circunstancia que ocurrió en A Mezquita. Allí el alcalde nacionalista, Rafael Pérez, lo es pese a haber recibido menos de la mitad de los sufragios que reunió el independiente Francisco José Montesinos. Teniendo en cuenta que la pervivencia de un pacto de ese tipo es difícil de por sí y que la alianza natural sería entre Montesinos -ex del PP- y los populares, la moción de censura es una amenaza que planea desde el primer día. Todo depende de la disposición del único edil del PP allí, Roberto Diéguez, que por ahora no se decide. Sí se perciben, no obstante, las primeras señales de agotamiento y de falta de entendimiento en el multicolor gobierno local.

Negativa popular

Pese a todo, unas recientes declaraciones de José Manuel Baltar podrían tirar por tierra los intentos de Montesinos de convencer al concejal popular. «O PP non participará nunca nunha moción de censura, nin aquí nin noutro lado, porque as mocións non fan outra cosa que crear un ambiente raro», dijo el máximo responsable del partido a nivel provincial, refiriéndose con el «aquí» a Vilamartín de Valdeorras, que es otro de los gobiernos ourensanos en la cuerda floja. Allí gobierna el PSOE por primera vez en la historia de la democracia, pero está en minoría porque el binomio PP-APGa -estos últimos, descontentos populares- no se puso de acuerdo para pactar ni tampoco, pese a que hubo reuniones, para presentar una moción de censura.

En cualquier caso, las palabras de Baltar suponen un cambio de rumbo en el PP, que históricamente ha ganado muchas alcaldías así. De hecho, los populares acogen en sus filas -e incluso en su ejecutiva provincial- a tránsfugas como Susana Vázquez, exsocialista y alcaldesa de Porqueira. Sin ir más lejos, en el mandato 2007-2011, el PP se hizo con dos alcaldías ourensanas -las de Trives y A Veiga- vía moción de censura.

Quien la sufrió en el concello trivés fue el independiente Francisco Fernández, que recuperó el cargo en las urnas en las últimas elecciones, aunque ahora gobierna en minoría. «Mellor poucos e bos que moitos e malos», explica el regidor, que señala que esta situación también le confiere una mayor responsabilidad a la oposición: «Teñen que decidir se algo vai adiante ou non. Non é o mesmo levar unha cousa a pleno sabendo que vai saír adiante que coa incertidume de se será así».

Situaciones similares viven los gobiernos en minoría de Ribadavia, A Rúa y Maceda. En el primero de los casos, el alcalde socialista, Marcos Blanco, encuentra la complicidad del BNG -la mayor parte de las ocasiones a través de la abstención- y en el segundo, el regidor popular, Avelino García Ferradal ha conseguido el apoyo el número dos de los independientes del R. U. A., Fernando Rodríguez, al que ha entregado incluso las competencias de urbanismo. Mientras, el alcalde nacionalista de Maceda, Xavier Oviedo, recurre a los apoyos puntuales de la única concejala del PSOE en la corporación.

Otros han optado por una mayor estabilidad con pactos como el de PP-Xuntos por Lobeira en la Baixa Limia o, sobre todo, como el de PSOE-BNG en la capital ourensana, aunque teniendo en cuenta que la lógica política es caprichosa, cualquier cosa podría ocurrir.

crónica política

La mayor parte de los concellos ourensanos tienen un gobierno monocolor