El gobierno honesto y el negocio de Norman Foster

José Manuel Rubín SIETE DÍAS, SIETE VOCES

FIRMAS

20 abr 2013 . Actualizado a las 21:11 h.

El gobierno honesto (Áurea Soto, dixit) de la capital ourensana se enfurruñó porque la ministra Pastor no le jaleó la inversión de 70 millones de euros en el proyecto de estación que el británico Norman Foster había diseñado para Ourense. La información de La Voz sobre la reunión al más alto nivel (Gobierno, Xunta, Diputación y Concello) de la que salió (¡albricias!) el viernes que el AVE entrará por una nueva variante de 17 kilómetros, la comenzaba así Rubén Nóvoa: «Cargado de reproches, sin apenas espacio para los agradecimientos y con la intención de no dar ni un paso atrás, compareció el alcalde de Ourense?». Agustín Fernández se enrabietó porque la situación económica de España (a la que no es ajena la gestión de su partido) aconseja hacer una estación de menor desembolso económico. El empecinamiento del regidor y su grupo en el proyecto de Foster, sumado a la aprobación del mismo cuando el gobierno de ZP estaba en funciones, comienza a despedir un tufillo a gato encerrado que obliga al alcalde a explicar qué pactó el PSOE con el arquitecto, o sus representantes, para esta furibunda defensa del negocio del Foster. Y que lo haga con verdad y no con la manipulación perpetrada esta semana al buscar adhesiones al documento sobre el AVE conocido como Declaración das Burgas. Distintos representantes de la ciudad desfilaron como corderitos por su despacho sin cuestionarse que el escrito no estaba avalado, como decía el texto, por todos los grupos políticos cuando solo lo había apoyado el PSOE (36,67% de respaldo en las municipales) frente al rechazo de PP (37,84%), BNG (10,79%) y DO (7,96%). ¿No será esta defensa a «ultranza» del regidor, con la utilización de todo tipo de ardides, un signo de su prioridad por los intereses personales de unos pocos frente a los intereses colectivos de todos? ¿En qué realidad vive cuando dice que los 70 millones se recuperan con los aprovechamientos urbanísticos de los terrenos que libera el proyecto? ¿Qué constructores van a comprar esos terrenos para hacer pisos si Ourense ostenta el primer puesto del ránking nacional de viviendas vacías con un 22,7% de ellas sin habitar? ¿Es que no le vale de baremo el naufragio del proyecto de Galivivienda XXI en la Finca de la Diputación, que había ofertado, con el apoyo de este gobierno, la construcción de una torre de 16 plantas? ¿Qué concepto de las prioridades tienen? El gobierno honesto le debe a la ciudadanía una explicación honesta sobre su pretensión de despilfarro antes de incluir a Ourense en esa lista de desmesura inversora en infraestructuras en la que se encuentran, por ejemplo, la Cidade da Cultura, los aeropuertos de Castellón, Lérida o Ciudad Real, la Cúpula del Milenio de Valladolid o, para no alejarnos del asunto, las estaciones del AVE de Cuenca o Utiel-Requena.