Una semana de luces y sombras informativas

FIRMAS

18 jun 2013 . Actualizado a las 19:26 h.

Ni el sol radiante borra la sensación de que esta fue una semana de luces y sombras. Sombras que no disipan las sonrisas en la portada de La Voz del exalcalde en tierras lucenses después de haber sumado una nueva imputación por blanqueo de capitales ni las de Feijoo y Baltar en el posado posterior a la reunión de ambos en Santiago para escenificar una felicidad de matrimonio de conveniencia. Tampoco las eliminan la confirmación judicial de que José Luis Baltar se sentará en el banquillo por el supuesto delito de prevaricación por contratar a dedo a 104 personas en la Diputación ni la presencia de Ourense en el mapa de la indignación merced a la concelleira del BNG que ha mostrado en sesión plenaria su apoyo a Otegui «por estar preso por defender a liberdade do seu país». Sirvan también como ejemplo de estos ecos sombríos el informe de la CIG que dice que Ourense perdió siete mil jóvenes («siete mil motivos de sonrojo», que escribió Rubén Nóvoa) en tan sólo tres años o que, merced a criterios comerciales incomprensibles, un vecino de A Coruña viaja en tren a Madrid por 17 euros mientras hacerlo a Ourense le cuesta 25. También hubo algún momento de luces como las que tuvo el nuevo presidente de la CEO al integrar en su directiva a miembros de la candidatura perdedora y promover un tardío, pero necesario, homenaje a su antecesor. O las que lucieron en el Consello de Goberno de la Universidad al dar vía libre a la implantación de Ingeniería Física en Ourense. ¡Qué sorpresa que uno de los dos votos discrepantes haya sido el de Jaime Cabeza, el hombre que quiso ser rector llevando como bandera la titulación a la que ahora se opone! ¡Se ve que la desvergüenza no anida solamente en el campo de la política!

La entrevista Ni chicha ni limoná. Ni frío ni calor. Esa es la sensación que dejaron las respuestas del alcalde de Ourense a la magnífica entrevista de Ruth Nóvoa publicada ayer por La Voz. Y así se atisba el futuro del Concello en lo que queda de legislatura bajo el timón de un hombre que se enroca en un puesto que le obliga a suplicar apoyos a derecha e izquierda. Tan sólo desde un punto de vista funcionarial (la norma es la norma) se puede entender el desprecio de Agustín Fernández Gallego por la descalificación de que acaba de ser objeto. «A reprobación téñena que facer os cidadáns nas eleccións»>, dijo olvidando que quien le dio la importante colleja política fueron los representantes de la mayoría de los ourensanos que votaron en las municipales del 2011. Incluso se la dieron los que le colocaron a él en un puesto para el que tiene toda la legitimidad legal aunque cada día menos la moral y la ética.

La frase «Soy la alcaldesa y la que manda en el Concello soy yo», dijo Cristina Francisco, sustituta de su marido Alberto Pardellas, al frente del Concello de Melón. Espero que no sea como en el clásico dicho masculino de que «na miña casa mando eu pero faise o que diga a miña muller». ¡Que todo pudiera ser!