Julia Montejo: «A los hombres les sigue costando leer literatura escrita por mujeres»

FUGAS

Benito Ordóñez

Hasta el pasado 22 de abril estaba permitido matar a los vascos en el distrito de los fiordos occidentales de Islandia. La sorprendente noticia de la derogación de esa ley coincidió con la publicación de «Lo que tengo que contarte» de Julia Montejo, que cuenta el episodio de la matanza de 32 balleneros vascos en 1615. La inquietante novela, que transita entre el pasado y el presente, tiene como protagonista a Amaia, que se tuvo que disfrazar de hombre para enrolarse en aquella aventura

21 ago 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

Novelista, directora de cine, profesora universitaria, guionista de series como Siete vidas, Mis adorables vecinos, Cuestión de sexo o Gavilanes. Vivió ocho años en Estados Unidos y en Los Ángeles escribió y dirigió la película No Turning Back (Sin retorno), con la que logró varios premios internacionales. Julia Montejo (Pamplona, 1972) acaba de publicar su tercera novela, Lo que tengo que contarte, que aborda la matanza de los balleneros guipuzcoanos por los habitantes del pueblo de Hólmavik, en los fiordos occidentales noruegos, a pedradas, hachazos y golpes, por miedo a que estos les quitasen sus víveres. 

-¿Cómo surgió la idea de esta novela?

-Hace unos diez años estaba trabajando en otra novela y leí un párrafo en un libro sobre los vascos y el mar que se refería a la matanza. A mí lo que me interesó, aparte del tema histórico, es que habían hecho un pacto de silencio en el barco de vuelta a casa para no contar lo que habían tenido que hacer para sobrevivir aquel invierno en Islandia, en 1615, frente a los tipos que iban a matarlos. Pensé que era interesante relacionar lo que fueron capaces de hacer para sobrevivir en unas condiciones terribles con la desgana existencial del siglo XXI.

-¿Cómo se documentó? 

-Me extrañó que hubiera tan poca información sobre un hecho que es prácticamente el único suceso sangriento que ha habido en Islandia. Me costó mucho documentarme. Di con el historiador y antropólogo José Antonio Aspiazu, que me ayudó mucho, y viajé a Islandia, a la parte de los fiordos del oeste, que es la que no visitan los turistas porque es de difícil acceso. Allí conocí a dos historiadores locales que me dieron mucha información. He cuidado muchísimo el contexto histórico, tanto los personajes reales como la vida en el barco, las costumbres de la época, la caza de la ballena...

-¿Por qué decidió que la novela discurriera entre el pasado y el presente?

-La historia del pasado para mí tenía una dimensión ética pero no trascendente, que es la que le da el presente. Yo quería trabajar el tema de que la mujer en el siglo XXI por primera vez tiene una oportunidad histórica de decidir qué quiere hacer con su vida, cómo quiere ser y cuáles van a ser sus reglas de juego, no conformarse con lo que le han dado hasta ahora y no aceptar cosas que no tiene por qué aceptar. Relacionar a una mujer de hoy con otra a la que en 1615 le arrebatan todo y para recuperar su dignidad tiene que dejar de ser mujer y convertirse en hombre era un contrapunto muy interesante. La tensión entre los dos personajes iba a ayudarme a entender mejor a la mujer del siglo XXI, que es heredera de las que rompieron la reglas y contra todo pronóstico y el destino que tenían marcado se embarcaron en aventuras que han hecho que hoy podamos estar donde estamos.

-Amaia, que parece no estar en sus cabales, cuenta a Asier la historia de la heroína que se embarcó en un ballenero en 1615. 

-Pretendía transmitir al lector que la creación tiene un punto de locura. Ese es el otro tema de la novela, que el loco y el creador van de la mano. En la novela, la que proporciona la historia es la que está mal de la cabeza, pero el hombre que la escribe se va a quedar con la misma duda que el lector. ¿Será verdad o no? Qué más da, si lo importante es la historia.

-En sus anteriores novelas los protagonistas también son mujeres fuertes.

-En Violetas para Olivia son tres generaciones de mujeres, que llevan la voz cantante. En Eva desnuda la protagonista también es una mujer. Mi próxima novela, que trata sobre la infidelidad, también tiene a una mujer como protagonista.

-¿Las novelas escritas por mujeres son diferentes?

-Las mujeres estamos construyendo desde lo que somos, entonces escribimos las historias que nos interesan. Yo quiero más personajes y referentes femeninos, quiero visibilizar más a las mujeres. 

-¿Existe la discriminación de la mujer en la literatura?

-Creo que a los hombres les sigue costando leer literatura escrita por mujeres y no al revés. También me fastidia que cuando eligen los diez mejores libros del año es raro encontrar obras de mujeres. Es como si la crítica no nos tomara en serio. Los hombres leen menos a mujeres y los medios de comunicación no nos dan un trato equitativo.

-¿Cuáles han sido sus referentes para esta novela?

-Moby Dick, porque me interesaba mucho la relación entre el cazador y la ballena y la metáfora en que se convierte esta, y Leviatán o la ballena de Philip Hoare.