Cuarenta años de grandes éxitos y un grito de guerra

C.C.

FUGAS

El mago que revolucionó el ilusionismo en España presenta espectáculo junto a su esposa, maestra de adivinacion telepática

27 nov 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

No hay mago en España que no reconozca que lo es por culpa de un tipo enjuto, histriónico y con sempiterno sombrero de copa, que se coló en sus casas y en sus almas combinando ilusionismo y humor como nunca hasta entonces se había hecho. 

En la era pre Tamariz el mago era un tipo casi fúnebre, hosco, enclaustrado de forma perpetua en su propia aureola de misterio. Carne de Cuarto Milenio, vamos. Y entonces llegó él, naniaro naniá, y la magia se volvió luminosa, audaz y desenfadada. Los más pequeños lo adoraban porque nunca hubo en Tamariz nada de siniestro. Al contrario, era aquel tío simpático que siempre animaba las fiestas. Y aquellos fascinados niños son los que han convertido a España en la potencia que hoy es en el mundo del ilusionismo.

A sus 73 años Juan Tamariz sigue siendo el mago gamberro de siempre. Capaz de realizar inverosímiles ilusiones y de crear trucos que han asombrado a los más grandes y que le han valido reconocimiento universal. 

Magia Potagia, el espectáculo que mañana presenta en Compostela, es un compendio de los mejores números realizados en los 40 años de la carrera de Juan Tamariz. Y los presenta acompañado por su esposa, la maga colombiana Consuelo Lorgia, maestra en la adivinación telepática. 

Santiago. Auditorio de Galicia. 28 de noviembre. 20.30 horas. 25 euros más gastos de gestión