Crystal Fighters: «Nos halaga que a los hipsters le guste nuestra música»

FUGAS

Ondas musicales positivas, hippismo del siglo XXI y sensación de bailar el sonido de moda. Los londinenses vuelven por la puerta grande a Galicia con muchas ganas. Actuán el sábado 3 y el domingo 4 en la sala Pelícano de A Coruña

15 jul 2019 . Actualizado a las 11:17 h.

Desde su irrupción con Star of Love (2010), Crystal Fighters se han convertido en uno de los grupos de referencia de la música británico. Su efectiva mezcla de electrónica con sonidos africanos y envoltorio claramente pop ha engatusado. Ahora llegan con Everything Is My Family (2016) y un éxito arrollador. Tenían un concierto en A Coruña. Se agotaron las entradas con dos meses. ¿Resultado? La sala ha habilitado una segunda fecha. “¡Eso es fantástico!”, dice Sebastian Pringle (a la derecha de la imagen) desde Londres.

-Empiezáis el nuevo disco con «Simplecito» incluyendo unas palabras en castellano dobladas en inglés. ¿Qué son?

 -Son palabras que trajimos de Perú, donde estuvimos en unas clases de meditación. Estas palabras formaban parte de la introducción de la sesión de meditación y nos parecieron muy inspiradoras, así que pedimos permiso para grabarlas e incluirlas en el álbum. Estábamos con gente realmente increíble y muy inspiradora, y la verdad es que hicimos varias sesiones.

 -Al escuchar el nuevo disco he tenido la sensación de llevarlo escuchando toda la vida. Temas como "Good Girls" o "All Night" ya son 100% Crystal Fighters. ¿Qué piensa usted? 

-Nos emociona hacer música que haga que la gente se sienta bien y que quieran bailar. Nos gusta que se nos identifique con este tipo de sonido. Estos temas llegaron a nosotros de una forma muy natural y muy sencilla.

-En vuestro sonido recogeis hallazgos que se encuentran en diferentes partes del mundo. Algunos críticos hablan de Latinoamérica. ¿Qué tiene de nuevo este disco?

 -Sin duda tiene cosas nuevas. Viajamos mucho entre álbumes y para nosotros esos viajes se han convertido en algo fundamental. No solo se trata de viajar, de estar en la caravana, viviendo y descubriendo, sino también de conocer gente nueva, sonidos nuevos, experiencias nuevas. Eso es la vida. Creo que nuestra experiencia conviviendo en la caravana ha hecho que nuestra experiencia se enriquezca aún más, y eso se traslada a la música. Esta vez, en efecto, hemos incluido muchos sonidos de Sudamérica.

-Vuestra música desprende una energía positiva que resulta totalmente contagiosa. ¿La buscáis?

-Sí, claro. Vivimos rodeados de tanta negatividad y de tantos comportamientos dañinos, que es importante recordad que el ser humano puede ser bueno, cariñoso y dulce. Hay demasiada atracción hacia ese lado negativo, pero la gente quiere disfrutar, vivir una vida larga y feliz. Ese sentimiento nos ayuda a hacer mejores conexiones sociales, a ser más felices en nuestra vida. 

-La sublimación de todo ello se encuentra en un festival. ¿Qué sentís cuando tenéis a 10.000 personas bailando vuestras canciones?

-¡Es una sensación alucinante! Te hace sentir vivo, positivo y lleno de alegría saber que tu música puede hacer que la gente se sienta mejor. Un festival es un entorno increíble en el que la gente descubre música, interactúa y disfruta. Da igual en qué parte del mundo estés, hay esa sensación de supervivencia.

-¿Hay algo de tribal en ello?

-Sí, la verdad es que creo que sí, creo que los festivales son una especie de rito ancestral. Hay mucha gente en el mundo que disfruta de la música pop, que espera la salida de un nuevo álbum. Eso crea una unión.

-¿Piensas que la música puede hacer un mundo mejor?

-Creo que la música hace que la gente esté unida, bailando y cantando, dejándose llevar, tocándose. Es una especie de energía mágica. Hace que la gente conecte con nosotros y entre ellos.

-Tal vez deberíais invitar a Donald Trump a veros.

-Claro, estamos abiertos a todo el mundo, incluso a Trump [se ríe].

-¿Los políticos deberían ir a más conciertos?

-Seguramente sí. Lo digo en serio. Sobre todo los políticos que se dedican al entretenimiento y la cultura. Deberían ver más conciertos. Tal vez, conectarían mejor con la gente y tomarían mejores decisiones, dejarían de mentir a la gente y valorarían menos el dinero o el poder.

-«Graceland» de Paul Simon abrió África a Occidente. ¿Os afectó?

-Claro, es un gran ejemplo de cómo la música puede ayudar a descubrir el mundo, grabando por todo el mundo. Aunque quizás el músico que más nos haya influido haya sido el africano King Sunny Adé. Su álbum Syncro System de 1983 es muy interesante. Hace un ejercicio sonoro espectacular. Escuchamos muchísima música de todo el mundo, pero ese disco nos marcó.

 -Sois una de las bandas favoritas del público hipster. ¿Qué os parece?

-Nos halaga que a los hipsters le guste nuestra música.

 -A ese público se le critica por ser consumista y pasivo políticamente. ¿Casa eso con Crystal Fighters?

-Bueno, todos debemos vivir en esta era, una era muy consumista, sin compartir, sin responsabilidad social, que en realidad es todo lo contrario de lo que nuestra naturaleza nos pide. Así que creo que en el fondo el ser humano tiende naturalmente hacia otra cosa, hacia la comunidad y la colaboración.