Duelo de grandes del terror: Stephen King y Grady Hendrix, truco o trato para Halloween

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Si King nos hace temblar con el terror más doméstico e inquietante, Hendrix casi nos asusta con el clásico del muñeco diabólicoduelo de miedo

31 oct 2023 . Actualizado a las 19:35 h.

Truco o trato. La noche más terrorífica del año está a la vuelta de la esquina. Te proponemos un duelo de miedo. Si te inclinas por el trato, estas son nuestras condiciones: la noche de los muertos tendrás que leer una novela de terror antes de irte a la cama. ¿Te atreves? Te ofrecemos dos novedades literarias que te mantendrán despierto: Holly y Cómo vender una casa encantada. El miedo está asegurado. Ya estás avisado.

Empezamos con el maestro: Stephen King. Con 74 años a sus espaldas y casi tantas novelas publicadas (concretamente 64, sin contar los centenares de relatos), King, el genio indiscutible de la novela de terror, vuelve a reinar este Halloween. No importa si se repite más que el ajo que sus lectores constantes y supersticiosos usan para espantar a los vampiros o si su prosa no serviría de modelo para los estudiantes más exigentes de Literatura inglesa, su capacidad para contar historias que nos ponen los pelos de punta sigue siendo asombrosa.

Así no los demuestra en su última novela: Holly. En ella recupera a un personaje secundario que apareció por primera vez en Mr. Mercedes, el comienzo de la trilogía del detective Bill Hodges, y que continuó evolucionando a su paso por Quien pierde paga y Fin de guardia. Ahora Holly ya ha adquirido categoría de personaje protagonista. Su luminosa presencia contrarresta las zonas más oscuras de la trama. Esas que nos ponen mal cuerpo.

Holly es una joven detective empeñada en desenmascarar a los responsables de una serie de desapariciones que han quedado sin resolver y que parece que a nadie le importan demasiado. Una investigación que la lleva a un tranquilo y respetable vecindario de casas victorianas donde residen profesores universitarios retirados. Aunque, claro, no todo es tan pacífico y correcto como parece. Bajo esta vida de horneados de galletas y sesiones de jardinería se oculta algo muy oscuro. King sabe mezclar con maestría el retrato social, el humor y el más espeluznante terror para mantenernos en vilo, erizarnos la piel y arrancarnos además una sonrisa.

No hay nada sobrenatural, ni diabólico ni tampoco fantástico en esta historia. Es el terror más sencillo y doméstico el que nos engancha: el que da más miedo. Esos dos ancianos de apariencia encantadora, la pareja que todos querríamos tener como vecinos, por su amabilidad y educación, serán los asesinos. Y no, no estoy destripando la historia, porque esto se sabe ya desde las primeras páginas. Y aun así, aunque ya lo sabemos todo, nos mantenemos enganchados a cada párrafo sin que podamos soltarnos.

La pandemia del covid, el racismo, la homofobia, el asalto al Capitolio de Estados Unidos, forman también parte de una trama que Stephen King sitúa en el cercanísimo 2021. Y no se ahorra críticas a la situación política del país ni tampoco se mide al escribir, por boca de sus personajes, sobre Donald Trump y la influencia que su discurso político ha tenido en la sociedad americana. Y es que a veces los monstruos reales dan más miedo que los de ficción.

Mucho más correcto políticamente es Grady Hendrix, al que ya algunos llaman «el nuevo Stephen King». Aunque el título le queda aún un poco grande, su novela Cómo vender una casa encantada casi consigue asustarnos. Hendrix, que como King, mezcla el costumbrismo con el terror, admite que su amor por el género empezó con El resplandor. Vio la película a escondidas cuando no debía, siendo muy niño, y empezó a mirar el mundo de otra manera. Explica también que cuando escribe vuelve al barrio en el que creció, una especie de Wisteria Lane con sus mujeres desesperadas y también adolescentes poseídas, como contó en sus libros El exorcismo de mi mejor amiga y Guía del club de lectura para matar vampiros.

En Cómo vender una casa encantada, Hendrix retrata la relación (algo cursi) de dos hermanos marcados por una infancia complicada en el seno de una familia extrema que se enfrentan al proceso del duelo por la pérdida de los padres. Todo combinado con una revisitación bastante gore del muñeco diabólico. (En este caso, un horrible payaso llamado Pupkin que haría una gran pandilla con los ya antológicos Chucky o Pennywise).

Las pinceladas de humor negro ayudan a asimilar esas cuatro o cinco escenas que nos encogen el estómago. Los clásicos del terror de la casa encantada y el payaso malvado son actualizados para hacer las delicias de ese público más juvenil que ha llevado a Hendrix a la cima de las ventas en Estados Unidos. Miedo, risas, televisores que se encienden solos y alguna lagrimita se entremezclan para lograr vendernos esta casa encantada.

Escoge un sitio tranquilo para leer y ponte tapones para librarte de ruidos inesperados y evitar sobresaltos. Disfruta del miedo, sobre todo, si has cumplido el trato, porque si no lo has hecho... prepárate para el truco. Escalofríos.