El Compos de este curso recuerda en la esencia al de la pasada temporada. Sigue siendo un bloque solidario y trabajador en la presión, en la recuperación de balón. Y sigue teniendo problemas en la elaboración de su fútbol. Tras la sufrida victoria ante el Peña Sport, Iñaki Alonso enfatizaba que pocos equipos apuestan de salida por juntar en el once inicial dos arietes (Gerard y Orbegozo) y un media punta de vocación muy ofensiva (Dani Hernández). Pero lo que quedó patente sobre el césped es una de las máximas del fútbol que dice que no por acumular delanteros un equipo ataca más, necesariamente.
El sábado, el Compos jugó sin alas porque tanto Marcos Rodríguez como Fondevila se iban hacia el centro. Los laterales llegaron poco a la línea de fondo. Y, aunque el equipo tuvo mucho más la posesión de balón, se enredó sin profundidad. Queda muchísima temporada por delante y parece que el técnico se decanta por jugar con dos nueves. Pero el quid de la cuestión no está tanto en ponerlos cuanto en abastecerlos, en llegar con peligro.