Muere calcinado al intentar huir de su casa en llamas

jesús manuel garcía OURENSE / LA VOZ

GALICIA

PABLO ARAÚJO

Manuel Lorenzo llevaba dos semanas descansando en Tamallancos del ajetreo cotidiano de Madrid

21 jul 2012 . Actualizado a las 07:00 h.

Manuel Lorenzo Carballo, septuagenario, llevaba dos semanas en su pueblo natal de Tamallancos (Vilamarín), lejos del ruido de Madrid, donde reside con su familia. Por causas desconocidas, hacia las siete de la mañana de ayer se incendió su casa, de la que no pudo escapar. El inmueble está en una plazuela señorial, presidida por un hórreo. «Levantámonos ás sete menos cuarto e vimos a Manuel na ventana. A casa xa estaba ardendo. Viuno o meu marido e díxolle que se botara fóra da casa e el dicíalle que non pasaba nada», cuenta Amelia Pérez, que vive al lado. «Manuel díxolle ao meu home que lle ía botar a chave pero ao pouco tempo xa non se viu máis. Debeu de caer ou algo, xa non o vimos máis. De súpeto comezaron máis lapas e o meu marido avisou á Garda Civil e xa non se puido facer nada», señala esta mujer, afectada por lo sucedido: «Non se me vai da cabeza o velo na ventana e non se me irá nunca». Manuel era una persona apreciada en el pueblo. Hasta allí se desplazaron los bomberos de O Carballiño y Ourense. Para ir a Vilamarín tuvieron que pedir permiso, porque no es su zona. En Tamallancos hay pocos vecinos. Manuel llevaba dos semanas. Amelia y los suyos llevan dos años tras vivir en A Coruña; en otra casa vive una mujer y las otras están cerradas.

La Guardia Civil intentó entrar en la casa, pero el humo era muy intenso. Los bomberos, que llegaron después, vieron que el fuego estaba avanzando. Se asomaron a la escalera y enseguida vieron el cuerpo calcinado de Manuel. No se sabe de momento qué pudo ocasionar el incendio. En la cocina había bombonas de butano y otra de oxígeno que debió deflagrar porque la gente oyó una explosión, y tiene la válvula reventada. La vivienda quedó totalmente destrozada en su zona más nueva.

El alcalde de Vilamarín, Amador Vázquez, estaba impresionado: «Eu entendo que se se tirara pola ventana, poñíanlle o contenedor debaixo e podería salvarse, aínda que rompera algo. Foi buscar a chave e acabouse todo».