Tres naufragios en 39 días marcan la costera de la xarda más luctuosa

espe abuín REDACCIÓN / LA VOZ

GALICIA

18 abr 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

Uno, sorprende; dos, inquietan; pero tres naufragios en espacio de poco más de un mes, aterran. El hundimiento, ayer. del Mar Nosso frente a la costa asturiana es el tercer siniestro marítimo que se produce en los últimos 39 días.

Aunque entre las causas últimas que acabaron con las embarcaciones en el fondo del mar -colisión con una roca, choque con un mercante y la maniobra de recogida del aparejo- no parece haber coincidencia sí hay denominadores comunes entre sendos buques. Primero, porque todos ellos eran arrastreros y de una eslora similar. Además, los tres tenían como especie objetivo la xarda (caballa o verdel). Y, tercero, el mar estaba en calma, o no lo suficientemente bravo para provocar naufragios con víctimas.

Por si eso fuera poco, en el caso de dos de ellos, ambos tenían bandera portuguesa, aunque su armador es gallego. Estos acabaron sus respectivas singladuras frente a la costa asturiana, dado que empleaban Avilés como puerto de descarga para sus capturas de xarda.

«Santa Ana»

Directo a la isla Erbosa. El rosario de naufragios que convierten en la presente costera de la xarda la más luctuosa en años comenzó el 10 de marzo con el Santa Ana, un arrastrero portugués, pero de armador de Muros que, por causas desconocidas, se fue directo a las rocas de la isla Erbosa, frente al cabo Peñas, en Asturias, poco después de zarpar desde Avilés rumbo al caladero. De la tripulación, compuesta por nueve personas -ocho marineros y un estudiante en prácticas- solo se salvó una, el segundo patrón que consiguió salir de su camarote y abandonar el barco por un portillo.

En este caso, los equipos de rescate consiguieron dar con todos los tripulantes. Los últimos restos, los del muradano Manuel Tajes, fueron recuperado en las inmediaciones del pecio hace diez días, aunque todavía se están realizando pruebas de ADN en Madrid.

«Mar de Marín»

Colisión con un mercante en la entrada del puerto de Vigo. Aún no se había encontrado a la última víctima del Santa Ana cuando el mundo del mar se sobresaltó con el naufragio del arrastrero Mar de Marín. El barco, con bandera española y armador de Marín, había descargado sus capturas de xarda en el puerto del Berbés y zarpaba de nuevo hacia el caladero. Un destino al que no llegó. Aún hoy está hundido a 57 metros de profundidad en la bocana de la ría de Vigo. Por causas que se desconocen, el patrón, de Barro, interpretó que el mercante llevaba un rumbo erróneo y, pese a las advertencias que le dieron, y las maniobras que realizó, acabó impactando contra la quilla del enorme carguero Baltic Breeze, que se dirigía al fondeadero de las islas Cíes, antes de poner rumbo a Bouzas para cargar coches.

De los nueve marineros y un biólogo que componían la tripulación del Mar de Marín se salvaron cinco personas; otras cuatro fueron halladas muertas; y la décima, el marinero Manuel Domínguez, de Marín, permanece desaparecido desde aquel fatídico 1 de abril.

«Mar Nosso»

Virando el aparejo. Aún hay muchas incógnitas sobre el naufragio del Mar Nosso, barco portugués de armador de Marín. Y no solo porque todo apunta a que se fue a pique llevado por el peso de su aparejo -por una gran copada o porque se enganchó en algo-, sino porque no hubo una llamada de socorro, no saltó la radiobaliza, no saltaron las zafras hidrostáticas de las balsas salvavidas y si alguien se enteró fue el Mar da Galega porque le desapareció de la pantalla del AIS.