Benito Villaverde: «Paguei 20.000 euros, gastei todo e por riba acabei coa saúde tamén»

María Hermida
maría hermida RIBEIRA / LA VOZ

GALICIA

CARMELA QUEIJEIRO

25 abr 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

«Cando me chegou a primeira multa tomeino mal, non sabía se matarme eu ou matalos a eles». Así hablaba Benito Villaverde, un jubilado de Outes, cuando en octubre los emigrantes retornados de Barbanza empezaron a hacer ruido por las sanciones que se estaban viendo obligados a pagar a Hacienda. Sus palabras desgarradoras, su dura historia -se hizo hombre en una mina alemana y estuvo treinta años separado de su familia-, su mirada perdida y sus limitaciones físicas -padece sordera y tiene problemas de movilidad- lo acabaron convirtiendo en un pequeño símbolo de la lucha. Han pasado meses, y ese desgarro le sigue acompañando: «Paguei 20.000 euros, gastei todo e por riba acabei coa saúde tamén».

Benito trabajó en Alemania primero y luego en Suiza. Volvió a España hace una década, un pelín antes de la edad de la jubilación, «cunha incapacidade do 66 %». Pero aquí no llegaron a reconocerle tal grado de minusvalía. «Aseguráronme que era do 27 %, e cando quixen ensinar os papeis de alá dixéronme que non entendían o francés», afirma. Cuenta también que se asesoró sobre si debía declarar por lo que cobra de Alemania y Suiza. Y que le aconsejaron que no. La sorpresa llegó cuando empezó a recibir multa tras multa. Hasta 20.000 euros pagó. Para poder hacerlo, tiró de ahorros y gastó la herencia de su madre.

Villaverde es luchador. Se le nota. Pese a sus dificultades físicas y psicológicos -está a tratamiento-, se agarra fuerte a las pancartas en las manifestaciones. Y su voz suena contundente: «Ningún país me tratou así. Róubanme na miña terra».