Los registros provocaron una considerable expectación en Chantada. Muchos vecinos siguieron con curiosidad las evoluciones de la comitiva que fue trasladando al detenido de un lado al otro de la localidad. Si los agentes temían que se pudiesen repetir los momentos de tensión que se produjeron el martes por la noche frente a la hamburguesería, se equivocaron. Quienes se detenían a mirar se limitaban a callar o a comentar entre ellos en corrillos. La entrada y salida del sospechoso en los lugares de los registros fue las tres veces muy rápida, así que apenas hubo ocasión para que nadie le increpase.
Los tres registros se llevaron a cabo en lugares céntricos del casco urbano. En la plaza Santa Ana llegaron a reunirse hasta medio centenar de personas tras las cintas que impedían acercarse a la hamburguesería Piscis. Los otros dos lugares inspeccionados ayer están en la avenida de Monforte. En el cuarto piso del número 73 vivían la víctima y el detenido desde hace años. El número 49 es un edificio construido por la familia de Manuel Fernández Fente. Solo entraron en el garaje, y para revisar el interior de un coche de alta gama propiedad del detenido.
El interrogatorio formal
La Guardia Civil tenía previsto tomar declaración al detenido ayer por la tarde. Cuando se autoinculpó tras su detención no lo hizo durante un interrogatorio formal. Todo apunta a que esta mañana el sospechoso pasará por fin a disposición judicial.