Los peajes añadidos de una hipoteca de 3.000 millones

s. l. santiago / la voz

GALICIA

18 sep 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

Hubo un tiempo en el que no se ponía el sol en las cuentas autonómicas. La recaudación fiscal era boyante. Las transferencias medraban generosas. Y las infraestructuras podían planearse a largo plazo y con amortizaciones millonarias. Ahí surgió el modelo concesional. Fraga lo adoptó y sus sucesores lo continuaron. Aceleraba la construcción de obra pública sin tensionar las cuentas. La Xunta adjudicaba el proyecto a una empresa para su ejecución, explotación y mantenimiento. A cambio, pagaba en cómodos plazos. Pero llegó la crisis. La tijera dicta los presupuestos y la carga hipotecaria es un lastre cada vez más pesado. La Xunta pagará 3.000 millones hasta el 2039 por las cuatro autovías en servicio con este método, que serán cinco con la de la Costa da Morte, y por el nuevo hospital de Vigo. Ya ha decidido no utilizarlo más.

¿Qué diferencia ese peaje encubierto del que paga el usuario en las autopistas?

Mientras en las autopistas el usuario abona un peaje en cabina, en las vías en concesión es la Administración la que paga un canon a las concesionarias según el tráfico. Al final, el coste se multiplica. En la autovía de la Costa da Morte pagará al cabo de los 25 años de concesión 745 millones por una obra que cuesta 208.

¿Cuántas autovías tiene Galicia con ese sistema?

Cuatro en servicio (Barbanza, O Salnés, Santiago-Brión y Ourense-Celanova), otra en obras (Costa da Morte), y el hospital de Vigo, también en construcción.

¿Por qué auxilia la Xunta a concesionarias privadas?

Para evitar una quiebra que la abocaría a un rescate que cifra en 127 millones: 85,2 por la AG-11 y 42,5 por la AG-41. El reequilibrio de las concesiones es una obligación contractual asumida por la Xunta, que acredita en este caso un riesgo real de que entren en concurso de acreedores.

¿Es un rescate como el que planea el Gobierno en las radiales madrileñas?

Es el desenlace que la Xunta trata de evitar. Sería mucho más gravoso. El Estado pagará más de 4.000 millones para rescatar las autopistas radiales adjudicadas en Madrid en la etapa de Aznar.