Ricardo Sánchez: «La gente me mira como si fuera un animal, pero soy una persona»

Toni Silva OZA-CESURAS / LA VOZ

GALICIA

Paco de la Abadía

Sus vecinos están hartos de sus fechorías, pero él apela a problemas de salud y a su soledad para explicarse. Propone que lo ingresen en un psiquiátrico

25 oct 2014 . Actualizado a las 12:02 h.

Desde que un muñeco con su nombre apareció ahorcado en el puente de la vía del tren de Oza dos Ríos, Richo se ha convertido en uno de los delincuentes más famosos del país. Con aquel gesto de dudoso gusto, se acusó a Ricardo Sánchez, Richo, de numerosas fechorías en la localidad, y quedó claro el hartazgo de sus vecinos. Televisiones y revistas de tirada nacional siguen la pista de este joven de 20 años con un amplio historial delictivo y vida bohemia y solitaria. Apela a su minusvalía para pedir que le encierren, pero no en la cárcel, sino «en uno de esos sitios que me puedan curar». La Voz lo localiza en las dependencias del Concello de Oza-Cesuras, adonde acude a recoger comida.

-¿Qué estudios tiene?

-Hice hasta segundo de ESO, en Oza y en Betanzos. No era buen estudiante.

-Porque empezó a delinquir pronto.

-Hice alguna fechoría por el tema del alcohol y estar solo, ¿no sabes? Tampoco tengo mucho para comer.

-¿Consigue comer tres veces al día?

-¿Tres? Qué va, la mayoría de los días como bocadillos y por la noche unas veces ceno y otras no. Al Ayuntamiento vengo a por fiambre, atún, unos yogures y algún zumo.

-¿Alguien le da dinero?

-Mi padre me pasa una pensión. Vive en Oza, pero en otra casa. Mi madre murió hace unos años de cáncer, cuando yo tenía 17. Con mi hermana no tengo mucha relación.

-Las puertas y ventanas están destrozadas. ¿Qué pasó?

-Me las vinieron a romper, fue un chaval de Reboredo. Vino con un hacha. Yo estaba dentro y en lugar de venir de tranqui y hablar conmigo me rompió las ventanas.

-Y en diciembre se la embargan.

-Por eso quiero que me ingresen. Para curarme. Tengo una minusvalía, y llevo dos años comiendo mal. También tengo que tomar medicación.

-¿En qué le gustaría trabajar?

-Yo sirvo para hacer muchas cosas. Podría valer para pintar o algo así, pero que no sea muy difícil. No tengo estudios.

-[Durante la entrevista, Richo no deja de mirar unos papeles que lleva en la mano. Son denuncias]. Se pasa la vida en los juzgados.

-Me dicen que si sigo así acabaré en la cárcel.

-Sus vecinos han repetido que están hartos de sus delitos, les ha robado, a otros les ha agredido, incluso pesa sobre usted denuncias por provocar un incendio.

-Hice algunas cosas malas, es cierto. Aunque se me echa la culpa de todas, y yo no las hice todas, como eso de que estrellé un coche después de robarlo. El coche ya estaba mal, yo no lo toqué. Pero me arrepiento de las mías. Lo que pasa es que no estoy bien. Vivir solo es muy duro. Mis vecinos no me quieren, creen que soy un animal pero soy una persona como ellos.

-También le acusan de pasear con un perro de raza peligrosa.

-Ayer [por el jueves] llamaron a la Guardia Civil porque la tenía suelta en un parque y me pidieron los papeles. Se llama Timba, mi única compañía.