Los efectos de este otoño cálido y seco también se notan en las cosechas agrícolas. Por un lado, plantas que suelen alcanzar su apogeo en los meses de verano, siguen dando frutos bien entrado el otoño, como las tomateras o casi todas las variedades de pimientos. En el extremo opuesto se sitúan otros productos de la huerta autóctona como las nabizas o los grelos que todavía están despuntado pese a que otros años se acercaban a su momento álgido en estas fechas. Las altas temperaturas están provocando que crezcan gran cantidad de hierbas consideradas malas para las plantaciones, como las ortigas. A 22 grados La temperatura del agua también está siendo más elevada de lo habitual. Concretamente, esta semana pasó de los 22 grados en Ribeira, algo bastante insólito, ya que lo normal es que en otoño su temperatura oscile entre los 15 y los 17 grados. Sobre las consecuencias que la elevada temperatura del agua puede tener sobre los bivalvos y otros recursos marisqueros, hay diversidad de opiniones. En la ría de Arousa, los biólogos creen que el aumento de la temperatura del mar puede volver a acercar la toxina, mientras en Noia señalan que de momento no está afectando.