Gerardo Crespo: «Los políticos tienen miedo, tienen mucho que tapar y entonces están nerviosos»

Alberto Mahía A CORUÑA / LA VOZ

GALICIA

El empresario les pide sinceridad y niega cualquier trato de favor específico hacia su persona, y defiende a los inspectores de la Xunta y sus funcionarios, a los que la policía y los politicos «están dejando quedar mal»

30 oct 2014 . Actualizado a las 12:21 h.

El empresario coruñés Gerardo Crespo gozó siempre de muy buenas relaciones en el mundo de la política. Pese a estar afiliado al PP, se mensajeaba con responsables públicos de casi todos los partidos. Ahí están en el sumario para comprobarlo los correos a los socialistas Pachi Vázquez o Ricardo Varela, como luego a Feijoo, Beatriz Mato o Alfonso Rueda, entre muchos otros. A todos ellos les hacía llegar su interés en que lo tuvieran en cuenta. Tan cierto como que no hay correos de vuelta que indiquen o sugieran que aquellos le hiciesen caso. El propio Crespo dice que aquellos contactos eran por mera cortesía. El principal imputado reconoce que siempre le gustó rodearse de políticos, «pero con fines lícitos, nunca para forzarlos a que me diesen proyecto alguno». Como empresario del sector de la formación, «tenía que estar en permanente contacto con los responsables públicos», añade. De hecho, en los 25 tomos del sumario no aparece ningún mensaje, conversación o correo que comprometa a cargo electo alguno, como sí ocurre con algunos altos cargos de diferentes administraciones, como Odilo Martiñá o Álvarez Freijido, ya dimitidos o cesados.

Y pese a que no aparecen y que Gerardo Crespo niega cualquier trato de favor hacia su persona, ayer les pidió que «no mientan». Al preguntarle por la personación de la Xunta como acusación particular en el caso, aparte de decir que le parece «muy bien», añadió que «los políticos tienen mucho miedo, tienen mucho que tapar y entonces están nerviosos».

Les pide sinceridad como antes les pedía que lo tuvieran en cuenta. Según consta en el sumario, se dirigió con esos fines no solo a presidentes o conselleiros; también a los responsables de distintas formaciones políticas que pasaron por la Fundación Tripartita, al presidente del Consejo de Estado, Romay Beccaría, o a la secretaria de Estado de Empleo.

Defiende a funcionarios

Crespo también aprovechó para defender «la honorabilidad, profesionalidad, el buen hacer y la rigurosidad de los inspectores de la Xunta y de los funcionarios». En su opinión, tanto la policía como los políticos «están dejando quedar mal a la consellería y a los inspectores» mientras se posicionan contra él y sitúan en mal lugar la labor realizada por los responsables de Traballo durante muchos años, pues él ya lleva 27 ocupándose de impartir cursos y no fue hasta finales del 2011 cuando, «por primera vez», le detectaron irregularidades, que para Gerardo Crespo no son tales.

Para demostrar que lo que dice es cierto, Crespo anuncia que cuando llegue el día «lo demostrará». Dice que podrá todas las pruebas que indiquen que jamás hubo un curso fantasma. «Llamaré a muchísimos alumnos que han encontrado trabajo y pueden hablar bien de los cursos», insiste el principal imputado en la trama.